La Iglesia católica se enfrenta con el poder militar en Polonia
La Iglesia polaca endureció ayer su posición frente al nuevo poder militar denunciando la represión, mientras, por primera vez después de la instauración de la ley marcial, el pasado domingo, el Gobierno de Varsovia reconocía oficialmente que siete personas han resultado muertas y centenares heridas el miércoles y el jueves en los enfrentamientos entre fuerzas del orden y manifestantes, en Silesia y Gdansk.
El episcopado, en un llamamiento transmitido al exterior, pide la liberación del líder de Solidaridad, Lech Walesa, cuya detención fue finalmente confirmada ayer por el embajador polaco en Suecia, y denuncia «el terror del pueblo provocado por la fuerza militar, los internamientos masivos, el golpe propinado a la esperanza y al entendimiento nacional. La nación no retrocederá y no renunciará a la renovación democrática».La tensión continuó ayer, siendo la nota dominante en Polonia, donde persisten focos de resistencia, sobre todo en algunas industrias del Báltico y en el sur del país. En la mina Wujek, en Silesia, siete huelguistas resultaron muertos y otros 39 heridos, así como 41 policías, en el curso de enfrentamientos que opusieron a los mineros, armados con piedras y hachas, con las fuerzas del orden, que les querían desalojar de las instalaciones de la mina, anunció Radio Varsovia.
En Gdansk, 164 civiles y 160 policías resultaron heridos en los enfrentamientos, según la misma emisora. Desde las primeras horas de la mañana de ayer, la radio polaca reiteró insistentemente que la policía y el Ejército habían recibido la orden de disparar si «estallaban incidentes graves». Ayer se conmemoraba el 11º aniversario de la represión de los sucesos del Báltico.En el plano internacional, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, afirmó ayer en una conferencia de Prensa en Washington que «la fuerza, coacción y violación de los derechos humanosa escala nacional, como ocurre en Polonia, es una burda violación de los acuerdos de Helsinki, que fueron firmados por Polonia». «Sería ingenuo pensar que esto se haya podido producir sin el pleno apoyo de la Unión Soviética», añadió el presidente, «y sin que ella haya tenido pleno conocimiento. Nosotros no somos ingenuos». El presidente anunció que ya había advertido a Breznev de las «graves consecuencias» de una intervención directa soviética. Esta posibilidad podría ser discutida hoy en Moscú por los dirigentes del Pacto de Varsovia, cuando se reúnan en el Kremlin para festejar el 75 aniversario de Breznev.
En España, el Congreso de los Diputados condenó ayer, por unanimidad de todos los grupos parlamentarlos, «la interrupción por la fuerza del proceso polaco», y manifestó la «necesidad absoluta de que no se produzca una intervención directa o indirecta exterior, que afectaría muy negativamente la situación internacional».
Páginas 2 a 6 Editorial en página 10
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.