El Papa recuerda que la fuerza y la autoridad se manifiestan con el diálogo, y no con la violencia

"La fuerza y la autoridad del poder se manifiestan con el diálogo, y no con el uso de la violencia" dijo ayer Juan Pablo II en un importante discurso pronunciado durante la audiencia general del miércoles en la sala Pablo VI. El Papa habló en polaco, pero, por primera vez, al final de la audiencia quiso repetir el discurso, leyéndolo también en italiano.

Si el domingo el Papa había hecho, sobre todo, una llamada a la calma, ayer Juan Pablo II se mostró más bien duro y preocupado. Después de haber dicho que "los ojos del mundo miran a Polonia", que crece por todas partes la "solidaridad con nuestra nación" y, al mismo tiempo, que existe "una clara inquietud mundial", el papa Wojtyla afirmó que esta inquietud es fundada. Recordando la homilía del primado de Polonia, Jozef Glemp, el Papa quiso recalcar, sobre todo, la condena del golpe militar polaco. Los observadores afirmaban ayer que probablemente el Papa ha querido revelar aquella parte del discurso dominical de Glemp que fue censurado en Polonia.Juan Pablo II ha confirmado que el estado de sitio "ha aislado a Polonia de los normales contactos con el resto del mundo", que la Iglesia ha recibido con dolor el abandono de los caminos del diálogo "para entrar en la senda de la violencia". Ello significa "la violación de los derechos civiles fundamentales" y, necesariamente, arrastra consigo "el desprecio de la dignidad humana, las detenciones de inocentes, la humillación de los hombres de cultura y de ciencia, la incertidumbre en tantas familias".

En estas condiciones, dice el Papa, su atención no puede dejar de dirigirse "hacia la patria, hacia la nación de la que soy hijo, y que, como cualquier otra nación o país, tiene el derecho a una atención particular por parte de la Santa Sede". Dijo que su preocupación e interés "abraza hoy a toda Polonia y a todos los polacos". Y añadió: "Ellos tienen el derecho de vivir su propia vida y de resolver los problemas internos en el espíritu de sus propias convicciones, en conformidad con la propia cultura y tradiciones nacionales". A Polonia, el Papa la definió ayer como una nación probada, no por primera vez, en la lucha por el justo derecho de ser ella misma".

Los fieles presentes en la sala interrumpieron durante cuatro veces al Papa con aplausos. Se oyeron gritos de solidaridad con Juan Pablo II en español.Por lo que se refiere a las noticias que el Papa está recibiendo directamente desde Polonia, existe en el Vaticano una información completamente contradictoria. Mientras en Roma se asegura oficialmente que el Papa "está incomunicado", desde Nueva York llegó ayer la noticia de que el secretario de Estado, cardenal Cassaroli, afirmó textualmente al corresponsal de la Radiotelevisión Italiana: "La Santa Sede está informada a través de algunos canales que Varsovia ha dejado abiertos".

El director y el vicedirector de la sala de Prensa vaticana, Panciroli y Pastore, respectivamente, desmintieron a EL PAIS estas declaraciones de Cassaroli en Washington. De lo que no cabe duda es de que en el Vaticano reinaba ayer mucha tensión.