Las ocurrencias de Tierno

Cada mañana al levantarme me aterra la idea de leer el periódico o mirar el buzón y comprobar qué nueva idea se le ha ocurrido al señor alcalde para amargarnos el día.Cuando el año pasado puso en práctica la brillante idea de la ORA, obligó a los residentes a pagar una cantidad por aparcar en la calle que correspondía a su zona, medida que aceptamos (no nos quedaba otro remedio) entre la sorpresa y la esperanza de que con este pago se solucionarían los problemas de aparcamiento, más o menos agudos, que se sufren en las distintas zonas de Madrid. Desde luego, se ha comprobado que quizá la fluidez del tráfico sea mayor, pero a los residentes, que somos quienes pagamos esta medida, no nos ha beneficiado tanto, ya que en las zonas de residentes, en las que la mayoría de los edificios son oficinas, no hay un problema externo de aparcamiento, ni antes ni ahora, pues a la hora en que los residentes aparcan ahí, los no residentes ya han regresado a sus domicilios. Sin embargo, en una zona con una mayoría de viviendas familiares, el problema sigue existiendo, ya que cuando los residentes regresan a sus domicilios ya no hay quien aparque, bien por la saturación de vehículos de residentes, bien por la afluencia de otros vehículos de no residentes, que, por haber pasado ya la hora de utilizar el distintivo, desean asimismo dejar en alguna parte su vehículo.

De manera que la prioridad que nos ofrecian para aparcar, habiendo pagado, por supuesto, a la hora de la práctica, como todo, no es tal.

Ahora no estamos sorprendidos -ya lo hemos digerido- ni esperanzados -no tenemos motivo-, pero sí indignados al enterarnos

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