Gran prudencia en la OTAN

La Alianza Atlántica ha reaccionado con gran prudencia ante los acontecimientos polacos y no prevé, por el momento, la adopción de ningún tipo de medidas militares (no han sido suspendidos los permisos navideños) ni políticas.Ello no obsta para que la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) siga con "gran atención y preocupación" los últimos sucesos. El almirante Robert Falls, presidente del comité militar, confirmó ayer que no se detecta ningún movimiento soviético que pueda anunciar una intervención directa de Moscú. Caso de que se registren hechos violentos en los próximos días, la OTAN revisaría su posición actual.

El secretario general de la Alianza, Joseph Luns, convocó una reunión extraordinaria de los embajadores de los quince países miembros de la OTAN, que se celebró ayer y que duró dos horas. Asistió también el secretario de Estado adjunto, Lawrence Eagleburger. Alexander Haig, que ha anulado un viaje a varias capitales europeas y que permaneció todo el fin de semana en Bruselas para seguir el desarrollo de los acontecimientos, regresó a Washington a primera hora de la tarde de ayer. Haig fue el primero, el pasado domingo, en confirmar que no existían movimientos de tropas del Pacto de Varsovia.

Según informó Luns al término de la reunión extraordinaria de los embajadores, "hasta el momento no hay noticias de hechos violentos o derramamiento de sangre". Caso de que la situación experimentara un giro negativo en este sentido, los aliados reexaminarán su posición. El secretario general no explicó cuáles podrían ser las medidas a adoptar en una situación de represión generalizada protagonizada por el propio ejército o las milicias polacas.

La reacción de la Alianza Atlántica sería mucho más tajante en el caso de una intervención directa de la Unión Soviética. Desde el pasado mes de enero existe una lista de sanciones contra Moscú, que entraría casi automáticamente en vigor. Aunque no se conoce oficialmente su contenido, se estima que incluye la suspensión sin fecha determinada de todo tipo de negociación con la Unión Soviética; entre ellas, las de Ginebra y las SALT, así como la Conferencia de Madrid.

Dado que esa intervención directa no se ha producido, la Alianza Atlántica estima que los contactos con Moscú deben continuar al ritmo previsto.

Luns explicó que las medidas anunciadas por el general Jaruzelski "se aplican, por el momento, con moderación", y señaló que la OTAN no quería añadir más dramatismo a los acontecimientos. El secretario general de la Alianza añadió que el problema polaco debía ser objeto de un compromiso entre las autoridades de aquel país y las diferentes fuerzas polacas.