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La oposición israelí ha sido la primera sorprendida por la decisión del Gobierno Beguin de anexionarse los altos del Golán

El Gobierno judío ha decidido ayer aplicar sobre el territorio del Golán la "legislación israelí", lo que significa llanamente la anexión de esta meseta, arrebatada a Siria tras la guerra de los seis días en 1967. De creer al corresponsal en Washington de Radio Israel, la noticia ha causado estupefacción en EE UU. La medida ha sorprendido por igual a la propia oposición israelí, que la juzga antidemocrática y peligrosa, y boicoteó la sesión parlamentaria para aprobarla.

El primer ministro Beguin hizo una comunicación al Parlamento sobre el tema pasadas las cinco de las tarde, hora de Madrid. Poco después comenzó un apasionado debate dominado más por la emotividad que por los argumentos racionales. El Gobierno judío tomó la decisión de anexionarse el territorio -decisión que puede tener inmediatas y gravísimas repercusiones en Oriente Próximo- a primera hora de la mañana, poco después de que Beguin abandonará el hospital donde se recuperaba de una fractura de fémur. Beguin, en silla de ruedas, se reunió en su domicilio con el Consejo de Ministros.También en silla de ruedas, el primer ministro israelí se presentó ante el Parlamento para pedir enérgicamente la aprobación de la anexión. La oposición laborista se negó a comparecer por considerar antidemocrático el procedimiento utilizado por el jefe del Gobierno, un Consejo de Ministros extraordinario, y por sorpresa. El líder de la oposición, Simón Peres, que se encontraba en Nueva York, dio órdenes a sus diputados para que no asistieran a la sesión.

Según la plataforma electoral del laborismo en los últimos comicios, de junio pasado, la meseta del Golán debería ser negociada con el Gobierno de Siria a cambio de la paz entre los dos Estados vecinos y, de fronteras seguras.

Hablando por Radio Israel, el ministro de Justicia, Moisés Nissim, ha dicho que Beguin decidió la anexión después de que el presidente sirio Assad afirmara el domingo a un periódico kuwaití que jamás reconoceremos a Israel, incluso si la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) llega a hacerlo por razones tácticas".

Con una velocidad sin precedentes en los anales parlamentarios israelíes, el Knesset (Parla mento) votó ayer en primera, segunda y tercera lectura la ley de anexión del Golán. El nombre técnico con que el Gobierno ha presentado su proyecto al Parlamento es "ley de aplicación de la legislación israelí en la meseta de Golán". El texto consta solamente de tres párrafos breves:

1. La legislación, la justicia y la administración del territorio son en adelante israelíes.

2. La ley es de aplicación inmediata.

3. El ministro del Interior queda autorizado para tomar las medidas necesarias para su aplicación.

Al presentar la ley al Parlamento para su aprobación, Beguin dijo que Israel "no había perdido ocasión para invitar a Siria a negociar. Nos hemos enfrentado a un rechazo brutal y categórico... ha llegado ahora el momento de tomar decisiones unilaterales que habíamos aplazado durante mucho tiempo".

En los algo más de mil kilómetros cuadrados del Golán, que domina los valles de la Galilea israelí y el lago de Genesaret, habitan unos 5.000 judíos en una treintena de asentamientos y unos 17.000 drusos, ciudadanos de Siria hasta la ocupación hebrea. Los pobladores ísraelíes de la meseta declararon ayer día festivo y, según Radio Israel, se visitaban jubilosos de casa en casa para festejar la decisión del Consejo de Ministros.

Siria, a quien el territorio fue conquistado, es el único Estado árabe vecino de Israel que tiene un pacto de amistad y cooperación militar con la Unión Soviética. Siria e Israel han estado este año al borde de la guerra en territorio del Líbano. Aviones judíos derribaron dos helicópteros sirios en abril, y el Gobierno de Damasco decidió entonces instalar en Líbano misiles tierra-aire, cuyo desmantelamiento exige Beguin.

Los riesgos de la decisión

La oposición laborista, que cuenta 48 diputados en el Parlamento de 120 escaños de Jerusalén, está seria y emocionalmente dividida por el tema del Golán. Lo explica en buena medida el hecho de que hace un mes que los habi tantes de los kibutz afiliados al laborismo habían hecho causa común con la derecha para pedir la extensión de la soberanía israelí a la meseta siria. Esta toma de posición fue el inequívoco signo de un consenso casi total entre los judíos para quedarse con el territorio de su vecino Estado árabe.

La decisión israelí, destinada a concitar en contra la unanimidad internacional, va a tener serias repercusiones en Egipto, contribuyendo a aislar más del mundo árabe al régimen de Mubarak. Y eso a cuatro meses de la prevista retirada judía del Sinaí y en ausencia de todo acuerdo sobre el problema palestino.

El Ministerio egipcio de Asuntos Exteriores ha reaccionado fulminantemente, y ayer mismo emitió un comunicado en tono inusualmente duro. El Cairo considera la decisión israelí una violación flagrante" de los acuerdos de Camp David y de las resoluciones del Consejo de Seguridad. El portavoz oficial añadió que se trata de "una amenaza para el porvenir de la paz en Oriente Próximo" y expresó "el rechazo total por Egipto de esta medida ilegal".

Siria, por su parte, estima que la decisión israelí de anexionarse los altos del Golán "significa una declaración de guerra y la abolición del alto el fuego". Un comunicado del Gobierno de Damasco señalaba anoche que Siria "no escatimará esfuerzos para defender su territorio" y que "se reserva el derecho de tomar las medidas adecuadas ".

El alcalde palestino de Nablus, en la Cisjordania ocupada, dijo ayer que la anexión "es también el principio de disposiciones idénticas respecto de la ribera occidental del río Jordán y de Gaza".

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