Malas compañías
He sido víctima de un vil atropello por parte de la Compañía Sevillana de Electricidad.Tras recibir un aviso de recibo al cobro, de un solo recibo por importe inferior a 3.000 pesetas, para abonarlo hasta el día 27 de noviembre en las oficinas de la compañía, me cortan el suministro eléctrico el día 24. Pero lo más grave de todo es la desconsideración que recibo por parte de los empleados, que, sin atender a más razones que la de tomarlo o dejarlo, me dicen que si quiero luz que pague. Ni la más leve disculpa por la posibilidad de error.
El derecho al pataleo es el único que tenemos los ciudadanos de a pie, y, claro, el de seguir -pagando todas las subidas que quieran para que los beneficios de las eléctricas se salgan de la tabla.
De pequeño, mi madre me decía: "Hijo, no tengas malas compañías"; pero de grande es que no me queda otro remedio,/