Nacha Guevara: "La agresividad no me da miedo"

A partir de hoy, y hasta el próximo día 16, la cantante argentina Nacha Guevara, acompañada de Alberto Favero, va a ofrecer una serie de recitales en el madrileño teatro-cine Salamanca. El título del espectáculo coincide con el del elepé que acaba de aparecer: Aquí estoy. Vuelve a estar en un teatro de Madrid tras cuatro años de ausencia. Y, sabedora de que su fama como intérprete conlleva una cierta imagen de mujer agresiva, opina: «La agresividad no me da miedo. Le tengo más miedo a la pasividad».

Antes de ser amenazada por una organización ultraderechista, Nacha Guevara había llegado a ser considerada en Argentina como la primera cover-girl del país, luego como la protag onista inteligente y osada de múltiples aventuras teatrales de vanguardia y, finalmente, como una cantante excepcional: «Vine al mundo para hacer esto. Pero tardé mucho en darme cuenta». El público español cae en la cuenta de que existe esta intérprete mediante el es pectáculo Nacha de noche, es trenado en 1976.Ahora, para proclamar que sigue en la brecha, Nacha Guevara canta su manifiesto sarcástico-vengativo: «Algunos me han dicho más de una vez:/ -¡Ay, qué agresiva que es!/ O, si no, -Por favor, Nacha, dígame:/ ¿usted no es la hermana del Ché?// Vi pasar inviernos, vi dictadores morir,/ y estoy aquí». Con una imagen, justa o injusta, de artista algo agresiva: «A mí no me preocupa. Cada uno es como es. Tanto en mi caso como en el de los demás, pienso que toda persona es lo mejor que puede. Por otra parte, yo no le tengo miedo a la agresividad. Le tengo más miedo a la pasividad. La agresividad es excelente cuando va destinada a construir cosas positivas. Sólo me molesta si tiene como fin la destrucción, la esterilidad».

Situada frente a nuevas posibilidades de éxito o fracaso, esta actitud básica: «Triunfo y derrota son igualmente pasajeros. Ambos hay que tomarlos con idéntica sangre fría, incluso, si es posible, con alegría. De los dos se debe aprender». De éxitos, fracasos, tropezones y gloria habla en alguno de sus últimos temas: «Sí, en todo hecho expresado por el hombre está su historia completa, quiéralo o no. En mi caso hay voluntariedad, está dicho a ptopósito».

Para Nacha Guevara, que está contenta del calor que ha logrado inyectarle a su más reciente elepé, el teatro es un modo de comunicación mucho más completo que el discográfico: «El teatro es una relación humana entre alguien que se atreve a subir a un escenario y otros que se atreven a tomar el riesgo de ir a verlo. Creo ser profundamente complaciente con el público, pero nunca demagoga. De ahí que empiece por complacerme a mí misma, que es el modo esencial de complacer a los demás. En el espectáculo que estreno hoy todo es diferente de cuanto figuraba en Nacha de noche. Como hace cuatro años que no actuaba en Madrid, no sólo he cambiado de temas, sino de concepción escénica».

Es un reencuentro. Y es una despedida: «Me marcho en sequida a Puerto Rico para preparar la presentación de una ópera titulada Eva Duarte. Luego iré a México. Y, allá por la primavera próxima, volveré a España. No, no a trabajar. Vengo para no perderme la Semana Santa ni la Feria de Sevilla».