La visita a la capital jordana pone punto final al viaje de los Reyes de España
Los Reyes de España dieron ayer por terminada una visita de cinco días a los Emiratos Arabes Unidos y Bahrain, destinada a potenciar la hasta ahora escasa presencia española en la zona del golfo. Los soberanos españoles partieron del minúsculo Estado de Bahrain a primera hora de la mañana de hoy, miércoles, con destino a Amman, donde permanecerán unas horas, por invitación del rey Hussein de Jordania, antes de emprender viaje de regreso a la capital de España.
El viaje real ha servido para constatar dos cosas: el prestigio de nuestro país y el prestigio personal del Rey en los países árabes donde se conoce perfectamente el constante apoyo español a los puntos de vista de estas naciones en el tema de Oriente Próximo y el escaso, por no decir nulo, nivel de nuestras relaciones comerciales y económicas.En el aspecto político, e¡ viaje, que se trató de convertir en una visita de Estado, arrancó con mal pie por la ausencia, decidida a última hora, del ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, y su sustitución apresurada por el titular de Industria. Ignacio Bayón. Fuentes cercanas a la Casa Real no ocultaron su desencanto por esta sustitución, que, en un principio, desvirtuó el aspecto de visita de Estado que se había pretendido dar al viaje al acentuar el carácter económico de los miembros de la delegación española. En la Casa Real se trata por todos los medios de que los desplazamientos de los Soberanos a países extranjeros sean cada vez más parecidos a los viajes de Estado que, por ejemplo, realiza la reina Isabel II de Inglaterra, que sólo viaja acompañada por su marido, el duque de Edimburgo, sin que en el séquito aparezca un solo miembro del Ejecutivo.
La habilidad del Rey
Sin embargo, hay que resaltar la habilidad del Rey para desligarse de lo que han pretendido ser negociaciones comerciales, limitando su actuación a conversaciones privadas de alto nivel con los jefes de Estado de la federación de Emiratos, jeque Zayed, y de Bahrain, jeque Isa. Zayed rompió todo el protocolo tradicional de los Emiratos con una conversación de tres horas de duración con el Soberano español -lo normal en Abu Dabi es una hora-, y el emir de Bahrain expresó públicamente «lo mucho que España significa» para los países árabes, y dio a don Juan Carlos el tratamiento de «huésped privilegiado de nuestra tierra».En las conversaciones políticas celebradas ayer en Bahrain entre las dos delegaciones, el ministro de Asuntos Exteriores del Emirato, jeque Mohamed Ben Mubarak Al Jalifa, después de poner de manifiesto «la enorme comprensión de España hacia las causas árabes, hecho conocido en todos nuestros países», expresó su preocupación por el conflicto entre Irán e Irak, cuya extensión puede tener efectos desestabilizadores rara todos los países de la zona y puede significar una amenaza para la paz mundial.
Con relación al tema general del Oriente Próximo, el ministro de Bahrain criticó duramente los acuerdos de Camp David, a los que calificó de «totalmente insuficientes, un armisticio entre dos que no elimina el conflicto», a la vez que mostró su total apoyo al plan de paz Fahd, al que también España ha dado su respaldo.
En opinión de los funcionarios de Bahrain, el plan Fahd supone una solución global de los problemas de Oriente Próximo, «porque considera todos los intereses de las partes en litigio». El ministro hizo especial hincapié ante los negociadores españoles en la importancia que supone para los árabes explicar en Europa y en Estados Unidos que la paz en Oriente Próximo sólo se podrá conseguir a través de un reconocimiento de los derechos del pueblo palestino a tener su propio Estado.
Coincidencia de criterios
Por otra parte, hay que señalar que la coincidencia de criterios ha sido absoluta en el aspecto político entre las dos delegaciones, ya que hace años que España mantiene los mismos puntos de vista que los árabes en el tema de Oriente Próximo, y va todavía más allá que el resto de los países occidentales, al no reconocer al Estado de Israel hasta que éste no cumpla las resoluciones de las Naciones Unidas referentes a la retirada judía a las fronteras de 1967 y al reconocimiento de los derechos del pueblo palestino.Si en el aspecto político las conversaciones han sido fructíferas por la identidad de puntos de vista apuntada, en el aspecto económico se ha constatado la pobreza de nuestras relaciones y la dificultad que presenta penetrar en una zona prácticamente peinada por los países industriales europeos, Esta dos Unidos y Japón.
Como en tantas otras zonas del mundo, España llega tarde y mal, con poca agresividad y con un empresariado que no se encuentra a gusto en una zona donde el inglés y las prácticas bancarias anglosajonas están a la orden del día. Como botón de muestra de la poca competitividad de nuestros exportadores basta la exposición hecha a los negociadores españoles por el ministro de Finanzas y Economía nacional de Bahrain, Ibrahim Abdul Karim, quien expresó su desilusión por el número escaso de compañías españolas que aparecen por la zona del golfo para vender sus productos.
Escasa presencia empresarial española
Karim manifestó que le gustaría ver más empresas españolas en Bahrain, pero que éstas no vienen. Sólo dos bancos españoles, el Exterior y el Vizcaya, tienen una oficina de representación en Bahrain, que se ha convertido con su invención del sistema bancario off-shore, en el centro de financiación más importante de Oriente Próximo tras el desastre de Líbano. Se estima que en la actualidad, los bancos mundiales que operan en Bahrain manejan unos recursos estimados en 40.000 millones de dólares.La esperanza española, tanto en los Emiratos como en el Estado de Bahrain, reside en la posible participación en sendos planes de desarrollo por valor de 10.000 millones de dólares en el primero y 4.000 en el segundo, que se iniciarán el próximo año y en los que pueden tener acceso empresas del Instituto Nacional de Industria (INI).
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