El reajuste no ha sorprendido al Gabinete vasco

El reajuste ministerial del Gabinete del presidente Leopoldo Calvo Sotelo no ha provocado gran sorpresa en el Gobierno vasco, que ayer consideraba que la méncionada remodelación «no encierra demasiadas novedades». No obstante, fuentes próximas a la presidencia del Ejecutivo vasco no ocultaban, en unas declaraciones concedidas a EL PAIS, su esperanza de que el nombramiento de Rafael Arias-Salgado como ministro de Administración Territorial «repercuta favorablemente en el desarrollo estatutario.En opinión del Gobierno de Carlos Garaikoetxea, la remodelación, desde el punto de vista del diálogo Madrid-Vitoria, «no tiene por qué suponer un cambio sustancíal, porque los problemas derivados de los pactos autonómicos entre las dos administraciones están asumidos por el conjunto del Gobierno central, y no por personas concretas».

Algo más preocupado se mostraba el Gobierno vasco con el desentendimiento de los democristianos en el equipo de Leopoldo Calvo Sotelo. En su opinión, la mencionada familia ucedista -«que ha visto impuesto el cese de Herrero de Miñón»- prefiere no verse implicada en la labor de gobierno para poder presionar más desde los escaños parlamentarios en favor de una política de centro escorada hacia la derecha».

Primera reacción de Pujol

Por su parte, el presidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol, declaró en torno al reajuste ministerial: «Las primeras condiciones que debe cumplir un Gobierno son constituirse en interlocutor válido y tener capacidad para gobernar. Confío en que estas dos condiciones se darán en el nuevo Gobierno de Calvo Sotelo».La valoración de Antonio Garrigues, presidente de los Clubes Liberales, a la remodelación gubernamental era la siguiente: «Tengo la impresión de que esta es una de las fases de una operación global que está desarrollando el presidente Calvo Sotelo para cambiar sustancialmente la operatividad del Gobierno y la imagen del partido. En su conjunto», añadió Garrigues, «el nuevo Gobierno me parece más coherente y armónico que el anterior, y tengo la especial alegría de que haya sido una liberal la primera mujer en el Gabinete».

Dentro del mundo sindical, la comisión ejecutiva de Comisiones Obreras señaló ayer que el cambio de Gobierno es de signo claramente continuista, y responde más a intentar solucionar la situación interna de UCD que a resolver los graves problemas económicos, sociales y políticos del país. CC OO añade en un comunicado que «la escala de valores para enjuiciar cualquier acción del Gobierno será el tratamiento dado a los problemas derivados de la crisis económica y de manera muy especíal al Acuerdo Nacional de Empleo (ANE). El secretario de información del sindicato socialista UGT, Manuel Chaves, manifestó a Efe que el nuevo Gobierno prácticamente es el mismo que el anterior, ya que sólo se ha producido un cambio de personas, y no significativo o de orientación. UGT considera, según el mismo portavoz, que el nuevo Gobierno no despertará ninguna ilusión o esperanza en los ciudadanos.