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El PSOE pide un Gobierno capaz de garantizar la continuidad del sistema democrático

El secretario general del PSOE, Felipe González, hizo ayer una oferta pública al nuevo Gobierno y a las fuerzas sociales para que inicien una operación de fortalecimiento del poder ejecutivo apoyada en un amplio respaldo parlamentario y social. La iniciativa para materializar la propuesta debería partir, sin embargo, del Gabinete ya constituido, y su objetivo sería garantizar la continuidad del sistema democrático para asegurar la celebración de las elecciones generales, con toda normalidad, en 1983.

El líder socialista estima que el Gabinete formado por Leopoldo Calvo Sotelo en la noche del pasado martes «no es un Gobierno para responder a los problemas de España, sino para dar respuesta a los problemas internos de Unión de Centro Democrático. Y eso constituye una honda preocupación para el partido socialista».Felipe González dedicó una extensa conferencia de Prensa a efectuar un llamamiento al Gobierno, a los partidos políticos, centrales sindicales, organizaciones-empresariales y fuerzas de la cultura para que comprendan que la Constitución de 1978 ofrece fórmulas capaces de conseguir un poder ejecutivo de amplio respaldo parlamentario y social. En esta misma línea de argumentación aseguró que el reto para 1982 no es quien gane o quien pierda las próximas elecciones, «sino quién va a ganar o perder el proyecto que encierra la Constitución».

Tras reiterar que su partido trabajará en la creación de «esa inmensa mayoría social que quiere democracia y libertad, y que sea exigente en la formación de un Gobierno que responda a los intereses mayoritarios», calificó de decepcionante la solución dada por Calvo Sotelo a la crisis de Gobierno. «Y si el Ejecutivo no da la necesaria respuesta, nosotros trabajaremos por ella».

Varias de las preguntas planteadas durante la conferencia de Prensa trataron de concretar las fórmulas por las que Felipe González considera posible llevar a cabo la operación mencionada. Pero el líder socialista se remitió en todo momento a las fórmulas que el Gobierno pueda proponer, indicando únicamente que «el partido socialista no obstaculiza ninguna mayoría parlamentaria ».

A la pregunta de si observa en estos monentos alguna posibilidad de riesgo dramático para la Constitución, respondió que existe gran preocupación por la actitud de «minorías de insignificante representación social. Aquí da la impresión de que no ha habido una trama civil de apoyo al golpismo, cuando todos tenemos la impresión de que existe y de que no ha habido voluntad de desmontarla, e incluso es posible que haya engrosado algo sus filas». Y continuó: «Hay que acabar con la intoxicación dirigida a las filas del Ejército. Es más importante acabar con la trama civil de apoyo al golpismo, que preocuparse de algunas actitudes individuales o de grupo en el seno de las Fuerzas Armadas».

"La solución trasciende a UCD"

«La solución a la crisis política», continuó el secretario general del PSOE, «trasciende hoy de las fronteras de UCD. En esas fronteras no se puede ofrecer una alternativa capaz de generar ilusión. Si son capaces de hacer un gesto de generosidad, quizá incluso puedan recuperar a parte del electorado que han perdido en estos años de crisis permanente».

Felipe González reiteró varias veces que el llamamiento se dirige, de forma muy importante, a las fuerzas sociales y empresariales. Tras expresar su opinión de que «cualquier empresa consciente se da cuenta de que el Acuerdo Nacional sobre Empleo es un dato en su haber», afirmó que un acuerdo de estas características es la única manera de salir de la crisis. «Ir contra ese acuerdo supone una actitud desestabilizadora».

«¿De verdad existe en la derecha la voluntad de defender el proyecto histórico de la Constitución de 1978?», se preguntó después.

«¿Habrá quien propugne que es necesarlo volver atrás, pretendiendo que nos hemos equivocado? ¿Cuántos están de la raya para acá en la defensa de la Constitución de 1978?".

El líder socialista afirmó también que no deben anticiparse las elecciones generales, y reiteró que por su parte no ha puesto condiciones a una oferta de Gobierno de coalición, porque ese ofrecimiento tendría que hacerlo el Gabinete actual, en todo caso. «El partido socialista está dispuesto a asumir las responsabilidades que le correspondan, sin ningún tipo de limitación, renunciando a la comodidad crítica de permanecer en la oposición».

No hubo, por parte de Felipe González, una explicitación de la eventual mayoría parlamentaria que podría formarse en torno al citado proyecto. Alguno de los periodistas interpretó que se trataría del Gobierno de concentración, tantas veces citado por el PCE. Sin embargo no parece que se trate de esa fórmula, sino más bien de un «gran frente» para la defensa del proyecto político iniciado con la Constitución. El Gobierno que debería nuclear tal propuesta de defensa de la Constitución «no podría formarse sin Unión de Centro Democrático», fue lo único que concretó Felipe González.

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