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Almacenistas de joyería acusados de realizar estafas por valor superior a 1.000 millones

La reciente desaparición del almacenista joyero Juan Francés Llin, contra el que se han presentado hasta ayer más de cuarenta denuncias por presunto delito de estafa, puede tener una grave repercusión en el sector de joyería, de gran importancia en Valencia. Otro joyero, Juan Vicente Ferrandis de Catalá, también ha desaparecido de la ciudad y ha abandonado a su mujer y a sus hijos. Las supuestas estafas, que superan la cuantía de mil millones de pesetas, han provocado que algunos bancos hayan suspendido la concesión de créditos a los industriales de este sector.

Contra Juan Vicente Ferrandis se han presentado ocho denuncias, también por estafa. Algunas fuentes han indicado a EL PAIS que podrían haberse producido más desapariciones de joyeros, aunque este extremo no está comprobado.Las denuncias presentadas contra Juan Francés proceden de diversos joyeros de la provincia de Barcelona, Córdoba, Castellón, Madrid y Valencia. Francés adquirió antes de desaparecer gran cantidad de oro y brillantes, que no pagó, para montar joyas. Las compras se efectuaron según el procedimiento habitual en el sector, es decir, sin factura y simplemente con albarán. El valor total de las compras no abonadas podría superar los 1.6000 millones de pesetas.

Hace unas dos semanas, Juan Francés desapareció de la ciudad con su esposa y sus hijos. La policía no tiene noticias concretas de su paradero, aunque se ha rumoreado que podría haber marchado a Panamá o a algún otro país de América Central o del Sur.

Desde el 29 de octubre pasado se han ido presentando denuncias por estafa contra él. En función de ello, la policía llegó a localizar en Valencia género por valor de unos trescientos millones de pesetas, perteneciente a varios de los joyeros denunciantes.

Por su parte, Juan Vicente Ferrandis cuenta con denuncias contra él, por estafa, que ascienden a unos setenta millones de pesetas. Fuentes solventes han asegurado a este periódico que por el momento no hay indicios que prueben vinculación entre ambos casos.

No obstante, y al margen de las denuncias por estafa, varias entidades bancarias, entre las que están el Banco Español de Crédito y el Banco Hispano Americano, se consideran perjudicadas por los impagos de Francés, ya que avalaban algunas de las operaciones supuestamente fraudulentas. Por ello han presentado demanda de juicio de quiebra contra Juan Francés, SA, la empresa que regenta el joyero desaparecido.

Ese tipo de actuación judicial es sustancialmente diferente de la penal, por presunta estafa, que han emprendido los acreedores de Francés. En el primer caso, los bienes localizados se distribuirían entre los acreedores de forma proporcional al perjuicio ocasionado a cada uno de ellos. Por vía penal, sin embargo, los objetos hallados deben ser devueltos a aquellos que acrediten ser sus dueños.

Medida precautoria

Los bancos afectados por la presunta estafa han suspendido como medida precautoria las líneas de crédito a los joyeros.Las actividades de los dos joyeros de cuya desaparición se tiene constancia eran muy diferentes. Francés, a través de su almacén de la plaza de San Agustín, en la capital valenciana, manejaba grandes volúmenes de género, lo que le permitía un amplio respaldo bancario que puede haber hecho posible una estafa de las proporciones de la denunciada.

Ferrandis, sin embargo, del que el presidente del gremio de plateros y joyeros de Valencia, Manuel Luna, ha dicho en unas declaraciones a un diario local que «era ejemplo de honorabilidad y honradez», tiene un pequeño establecimiento de venta al público que era atendido por él y su familia.

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