_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las personas disminuidas

Son 450 millones de seres humanos, es decir, el 10% de la humanidad. Las personas minusválidas físicas, sensoriales y psíquicas suman el doble de la población de la Unión Soviética o de Estados Unidos. Es. una estimación prudente, En efecto, datos recientes de la Organización Mundial de la Salud sitúan la cifra en 630 millones (13% de la población). Y las perspectivas no son menos sombrías: los accidentes de tráfico y laborales, la guerra que no cesa -hay una docena y media de núcleos de lucha armada en estos momentos), la malnutrición, especialmente de las gestantes y de los lactantes: las enfermedades parasitarias e infecciosas que asolan todavía a una parte considerable de la humanidad (el 80% de las minusvalías se localizan en el Tercer Mundo), el abuso del alcohol, la drogadicción.... todo ello enmarca un panorama de dimensiones y horizontes escalofriantes.Sin embargo, no existe el grado de consciencia social que corresponde y, en consecuencia, los poderes públicos no han adoptado, en general, las medidas que serían de esperar frente a problemas que afectan a más del 25% de la población (sobre la base de familias de cuatro miembros). Es cierto que, especialmente en el caso de las minusvalías que cursan con retraso mental, ha existido, y todavía existe en muchos países, una clara resistencia a poner de manifiesto la existencia en el seno familiar de personas disminuidas psíquicas.

A la consciencia y compromiso social y a la voluntad política debe unirse la competencia profesional. Las múltiples facetas que recubren un tema tan complejo (prevención, educación, rehabilitación, integración, etcétera), requieren un planteamiento interdisciplinario, con una secuencia bien ordenada de acciones, de acuerdo con los criterios de prioridad que, según el relieve, la urgencia y la irreversibilidad relativa de los distintos casos, se establezcan.

Y todo ello cumplido diligentemente como un deber que corresponde al ejercicio de un derecho fundamental, sin aires de beneficencia y mucho menos de festival caritativo, lo que no debe restar, bien entendido, calor y devoción a dedicación tan densamente humana y a menudo tan ardua. Es esta una premisa que debe presidir toda consideración y estrategia a este respecto: si alguien merece el pleno ejercicio de los derechos humanos es quien, por razones congénitas o adquiridas, se halla incapacitado, parcial o totalmente, para el disfrute de alguno de ellos. Por esta razón, encuentro apropiada y justa la denominación original, en inglés y en francés, del Año Internacional de las Personas Disminuidas, y tan poco afortunada e inexacta la traducción al español -a veces es cierto lo de traduttore, traditore- de Año Internacional de los Impedidos. Se ha esfumado, nada más y nada menos, la persona, el centro de toda estrategia y de toda acción.

Primero, prevenir

Con la aplicación del conocimiento ya disponible podría evitarse un porcentaje de minusvalías superior al 50%, en el caso de afecciones congénitas o adquiridas en las primeras etapas del desarrollo posnatal. Asimismo, si se aplicaran estrictamente las medidas de seguridad en el tráfico y en el trabajo podría reducirse sustancialmente el número de personas minusválidas físicas. Las catástrofes naturales quedarían -porque la guerra está también en la mano del hombre eliminarla- como la única causa imprevisible de incapacitación. Es, por tanto, en la prevención en donde deben volcarse todos los esfuerzos y donde deben establecerse todas las estrategias que el conocimiento y la imaginación permitan para no sólo disminuir sustancialmente el número de personas disminuidas, sino permitir la mejor asistencia y cercanía a aquellas que no ha sido posible proteger. El primer derecho de toda persona minusválida es no serlo. Las medidas preventivas abarcan desde las disposiciones constitucionales hasta el asesoramiento genético, desde las vacunaciones antes de la fecundación hasta las determinaciones bioquímicas posnatales. En su conjunto, forman parte de las disposiciones que tienden a mejorar la calidad del sustrato biológico que -y esto es muy importante como criterio prioritario- pueden lesionar irreversiblemente. Es esta, en consecuencia, una tarea apremiante porque no sirven muy a menudo los esfuerzos que podrían realizarse ulteriormente. «La diferencia entre los políticos y los estadistas», citaba sir W. Liley recientemente, «consiste en que los primeros piensan en las próximas elecciones, y los segundos, en las próximas generaciones.

Asegurar, con todos los conocimientos científicos y técnicos al alcance, la calidad de la vida es, pues, una acción esencial a nivel de Estado».

Para prevenir es necesario conocer. No nos damos cuenta de los inmensos beneficios de la investigación científica y técnica hasta que pensamos, por ejemplo, en las personas minusválidas que ha evitado la vacuna antipolio o la inmunización anti-Rh. Sólo a través del mejor conocimiento de las causas de las distintas alteraciones será posible una mejor prevención y/o tratamiento.

Educación especial... de la sociedad

Cuando no haya sido posible evitar debemos estar preparados para prestar la atención que requieran las personas más severamente afectadas, para rehabilitar con la mayor eficacia a las que sean susceptibles de mejora, desarrollar su potencial físico e intelectual y educar, finalmente, favoreciendo la mayo r integración que sea posible en cada caso es el entorno social que corresponda a cada etapa. Es en la personalización progresiva de la educación y atención -pues cada persona es única, biológica y socialmente- en donde se halla la solución y la justicia.

Pero este es un punto muy importante y en el que los medios de comunicación deben colaborar muy particularmente, es la sociedad la que debe ser educada especialmente para integrar con toda normalidad a las personas minusválidas. Barreras fuera, sí, desde luego, pero teniendo en cuenta que es más fácil rebajar un bordillo y suprimir barreras arquitectónicas que eliminarlas en el interior de cada uno de nosotros.

Ayudar a las personas disminuidas, a los padres y familiares, a los maestros y educadores, a desarrollar las valías y a no hacer hincapié en las deficiencias, porque tendemos a convertir a los disminuidos en incapacitados.

España ha sido sede de la Conferencia Mundial sobre Acciones y Estrategias para la Educación, Prevención e Integración que, en el marco del Año Internacional, acaba de celebrarse en Torremolinos. Constituye el acontecimiento más relevante y esperanzador de este año, y ha sido su majestad la Reina de España la que, como correspondía a la personal atención que viene prestando a este tema desde hace muchos años, ha presidido la conferencia y ha procedido a su inauguración. La iniciativa del Gobierno español ha contado con el patrocinio de la Unesco y la colaboración de la OMS, FAO, OIT, Unicef, OCDE y de las organizaciones internacionales no gubernamentales más importantes y representativas de las personas minusválidas. Más de cien países han enviado representantes, lo que demuestra el interés que ha suscitado en todo el mundo. Se trata de proponer, conjuntamente, soluciones.... y no sólo resoluciones (¡si se hubiera llevado a la práctica sólo el 10% de las recomendaciones de las conferencias y congresos!). El lema del Año Internacional es Igualdad y participación plenas; para conseguirlo, son necesarias grandes dosis de imaginación y coraje.

La Conferencia Mundial de Torremolinos podrá aportar soluciones concretas a España, porque se han ido fraguando, especialmente en los últimos doce años, el conocimiento público de las dimensiones del problema, unos instrumentos de acción (de los que el Plan de Prevención de la Subnormalidad es el mejor ejemplo), unos cauces jurídicos, unas instituciones promotoras y coordinadoras, una infraestructura de investigación de primer orden... Es muchísimo lo que queda por hacer, pero se ha recorrido ya un largo camino. Con aciertos y errores...; pero las faltas de comisión son siempre más justificables que las de omisión.

España cuenta, además, con el artículo 49 de la Constitución, y la ley sobre la Integración Social de las Personas Minusválidas se acaba de discutir en las Cortes... Los augurios son buenos. Para que la conferencia ayude realmente a las personas minusválidas de nuestra nación y de otras muchas -«Quinientos millones de personas disminuidas esperan un futuro mejor», dijo su majestad la Reina- es preciso que el eco de su mensaje, que se presentará en el mes de diciembre ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, sea de tal naturaleza que alcance sus altos objetivos de solidaridad humana. Y es que la solución de esta gran empresa, como de toda empresa humana, se halla en el amor.

Federico Mayor Zaragoza es catedrático y fue director general adjunto de la Unesco.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_