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Entrevista:

El alcalde de Madrid cree cerrada la crisis municipal tras el "escándalo Puerta"

"La crisis, hoy, está superada en cuanto al fondo. Parece claro que no ha habido corrupción. Lo que hay que aclarar, y lo está aclarando el Servicio Contencioso del Ayuntamiento, es si ha habido cohecho. Si resultara que tampoco ha habido intento de soborno, yo le dijera que no ha habido más que un error por parte de los técnicos que fue corregido en su momento. Pero el exceso de celo del señor Puerta, o sus muchos escrúpulos, provocaron una situación que ha rebasado de manera desmedida el propio fundamento de la situación".Pregunta. No obstante, las relaciones en el Ayuntamiento han quedado seriamente resentidas, especialmente tras la propuesta de UCD para que usted dimita de la Alcaldía. .

Respuesta. Sí, en efecto, no hemos logrado vencer, y créame que me duele, un residuo de tensión entre los grupos políticos del Ayuntamiento, o, más exactamente, entre UCD y el equipo de gobierno. Se ha roto la atmósfera de camaradería que existió algún tiempo. No sé con certidumbre si esto es correlativo o no a una situación política general, pero, en cualquier caso, es lamentable porque el ciudadano está perdiendo confianza política en las instituciones del país. Si, además de perder confianza en las instituciones políticas, pierde confianza en las instituciones que tienen un carácter rigurosamente administrativo, en qué puede confiar el ciudadano.

P. La institución, tal como era su preocupación durante los días en los que se gestó el escándalo, parece haber quedado a salvo.

R. Sí, sí, efectivamente. Si, como parece claro, no ha habido corrupción, la institución ha quedado a salvo. La izquierda, no obstante, representada en el equipo dé gobierno, ha quedado muy dañada. Vamos a intentar, mediante una encuesta, averiguar cuál ha sido el daño, y no sólo por razones políticas, sino también por razones administrativas. No obstante, creo que es un daño pasajero que cuando transcurran unos meses, si la gestión es relativamente acertada, el ciudadano medio se olvidará y se podrán dar más razones de que no ha habido sino conatos, que no están muy claros, de irregularidades que tampoco están muy claras.

Moderador neutral

P. Y usted, como alcalde, ¿en qué medida ha resultado dañado?

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R. Indudablemente, no creo haber quedado al margen, aunque me he esforzado por quedar como un moderador neutral. He hecho un gran esfuerzo porque no se reflejaran las inquietudes políticas en la institución democrática y he de reconocer que los dirigentes del PSOE, en este sentido, no han hecho más que alentarme. Incluso en aquel pleno tan tenso en el que UCD pidió que dimitiera procuré no polemizar para salvar la institución, y mi respuesta no pudo ser más ponderada. Yo le diría a usted que en cierto modo fue una respuesta que podía parecer excesivamente neutral.

P. Al hablar del comportamiento de Alonso Puerta usted ha calificado su postura como de exceso de celo o como consecuencia de sus muchos escrúpulos. Ante el curso de los acontecimientos después de que Puerta se dejara llevar por su exceso de celo o muchos escrúpulos, ¿podría decirse que hay una moral pública y otra moral privada?

R. Sí, creo que existen, aunque debemos tender a que ambas coincidan. Si Puerta, en el exceso de celo, me dice a mi antes de aquel lunes en el que estalló el escándalo, mire usted, profesor, yo voy a plantear esta cuestión, yo le habría dicho: "¡hombre!, no me plantee así la cuestión, espere y diga usted, bueno, si esto no se aclara, yo voy a pedir el cese de estos delegados. Pero espere usted a ver si se aclara, no se vaya usted a precipitar, no peque usted de exceso": Pero no me dijo nada y pidió los ceses precipitadamente.

Manos libres

El PSOE, por su parte, se comportó como lo hubiera hecho cualquier otro partido cuando se siente dañado profundamente por el comportamiento de uno de sus miembros, del que entiende que no ha cumplido con los supuestos de disciplina, de obediencia, de precaución y de solidaridad. En estos casos, el partido, cualquier partido, no duda en sacrificar a quien le ataca. Es más, yo le diría que el partido ha reaccionado como un ente político, y Puerta como una persona moralmente defensora de los principios éticos.

P. En unas declaraciones a este mismo periódico, durante la campaña electoral para los comicios municipales que le llevaron al Ayuntamiento, usted aseguraba su convencimiento de que todos los candidatos tenían las manos tan limpias como usted. Y añadía: "Pero el estar libre del pasado, del presente y del futuro ya no es una condición que se dé en todos los candidatos con las mismas características que se da en mí". Hoy, tras dos años de ejercicio del poder y después del reciente escándalo, ¿continúa usted con las manos libres? ¿Sigue siendo usted libre?

R. No, menos libre, evidentemente, porque estoy vinculado a la historia de mi gestión en el Ayuntamiento. Esto es así y no lo puedo negar. El balance para mí, sin embargo, es satisfactorio. Pero, yo qué sé cómo lo es para la opinión pública. Y la opinión pública me va a juzgar no como entonces, como un hombre que venía de la inexperiencia, sino como un hombre definido por la biografía municipal.

P. Y respecto a sus manos, ¿siguen limpias?

R. Hasta ahora no me ha probado nadie; bueno, nadie me ha dicho, y no creo que nadie me pueda decir nunca, que yo no he sido un hombre honrado.

Reina madre

P. Entre las muchas críticas que levanta su actuación pública figura la acusación de que se comporta como una reina madre. Esta expresión trataría de significar una cierta, o muy acusada, pasividad en su actuación gerencial como alcalde de Madrid.

R. No hay que olvidar que las reinas madres, y ahí está la reina Victoria de Inglaterra, han sido muchas veces las que más han gobernado.

P. ¿Justifica esta respuesta su supuesta actuación como reina madre?

R. No, no ha habido ese comportamiento. Cuanto más, ha habido cierto paternalismo decoroso, procurando que la gente vaya por el buen camino, procurando que se oriente como yo creo que se debe orientar. Yo tengo, con la ley, la mayor parte de las facultades en mis manos, porque es la ley antigua. Pero sería absurdo que yo intentara desde mi punto de vista aplicar el modelo franquista, que parece que es lo que alguna gente quiere.

P. Para otros, usted lo sabe, su comportamiento es calificado de cínico.

R. Eso yo creo que sí, porque en el ámbito de la política se dicen muchas cosas, y me imagino que habrá un sector que diga que yo soy un cínico, e incluso habrá otro que diga que soy un iluso. Eso sí lo creo, porque el pragmatismo que aplico a la política municipal puede dar lugar a que desde cierta óptica se vea como cínico.

Enrique Tierno, que reconoce ser el mejor creador de su propia imagen y se alegra de que ahora sus relaciones con el PSOE sean buenas, "una vez que se han convencido de que no tengo demasiado deseo de medrar", al tiempo que lamenta la unanimidad registrada en el 292 Congreso de su partido -"porque, al no ser espontánea, resta poder al partido, lo cristaliza y le resta capacidad de evolución"-, reitera su intención de no dimitir, contrariando de esta manera los deseos centristas: "Hasta ahora no sólo no encuentro razones para dimitir, sino que encuentro razones, y poderosas, para seguir. Como primer alcalde democrático estoy haciendo más que hubiera hecho cualquier otro".

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