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EDUCACION

Cientos de alumnos de las universidades madrileñas, obligados a cursar estudios que no les interesan

Algunas facultades y escuelas técnicas superiores de las universidades madrileñas se encuentran al borde del crecimiento cero, en opinión de las autoridades académicas consultadas por EL PAIS en relación con los problemas de admisión de alumnos, que están motivando un clima de creciente tensión en todo el distrito. El constante incremento del alumnado no va acompañado del lógico aumento de las dotaciones presupuestarias y de plantillas, por lo que se produce una escalada en los procedimientos selectivos en abierta contradicción con la legislación vigente.

Una legislación cada vez más confusa, porque ha ido generándose a saltos a lo largo de los últimos años para intentar ir haciendo frente a la explosión incontenible de la matrícula universitaria. Ni el COU, ni el examen de acceso a la universidad (conocido comúnmente como pruebas de selectividad), ni la limitación de plazas de nuevo ingreso en Medicina han servido para resolver el problema.Esta última medida, el numerus clausus en Medicina, ha resuelto en parte el problema de estos estudios, pero ha contribuido a complicar el de otras carreras. A partir del momento en que se puso en práctica, especialidades como Biológicas, Farmacia y Veterinaria, y, aunque, en menor medida, Físicas y Químicas, han visto acrecentar su matrícula año tras año.

Como es sabido, el alumno que está estudiando el COU y que pretende ingresar en la universidad tiene la obligación de rellenar un impreso de preinscripción en el que manifiesta su interés por matricularse en una determinada carrera y señalar una segunda y una tercera opciones para el caso de que no consiga plaza en la carrera elegida en primer lugar. En la práctica, cientos de alumnos de las tres universidades de Madrid (Autónoma, Complutense y Politécnica) se están viendo obligados desde hace años a cursar los estudios de una carrera que no les interesa.

Oficialmente, las universidades sólo están autorizadas a limitar el acceso a los estudios de Medicina, pero el trasvase constante de los rechazados en Medicina a otras carreras empieza a producir en éstas el mismo problema que motivó la implantación del numerus clausus en aquélla.

Por otra parte, cuando un alumno es rechazado en Medicina se le garantiza que podrá ingresar al año siguiente si consigue aprobar entre junio y septiembre todas las asignaturas del primer curso de aquella otra carrera que eligió en segunda o tercera opción en el momento de hacer la preinscripción. Esto supone que a unos alumnos les cuesta hacer la carrera de Medicina seis años, y a otros, siete, lo cual supone la institucionalización de una discriminación que, sin embargo, los estudiantes que tienen una firme vocación han acabado por aceptar. Lo malo es que ya en estos precisos momentos la Universidad Complutense empieza a encontrar dificultades para acomodar también a estos alumnos.

Trasvase de alumnos en cadena

El problema se complica cuando, por ejemplo, una facultad como la de Veterinaria, que recibió el año pasado alumnos rechazados inicialmente en Medicina, con la esperanza de que se marcharían al finalizar el primer curso, se encuentra con que un buen número de aquellos deciden continuar los estudios de Veterinaria. Si al mismo tiempo Veterinaria ha empezado a practicar una política de numerus clausus (este curso se quedan fuera alrededor de 160 estudiantes que eligieron esta carrera como primera opción), muy bien puede suceder que durante el presente curso académico esté estudiando Veterinaria un contingente de alumnos que quieren ser médicos, mientras que los que quieren ser veterinarios están estudiando Farmacia o Biológicas. Si estas últimas facultades siguen el ejemplo de Medicina y Veterinaria, el problema se agigantará.De hecho, once facultades de la Universidad Complutense han pretendido establecer numerus clausus con el argumento, ya apuntado, de que no disponen de espacio físico, instalaciones, material o profesorado suficiente para atender la demanda de matrícula.

Ayer se reunió la junta de gobierno de la universidad con este fin exclusivo, y acordó incrementar considerablemente el número de plazas sobre las ofertadas en principio por cada uno de los once centros indicados. Portavoces del rectorado de la Complutense aseguraron a EL PAIS que con estos incrementos de plazas quedarían atendidas las demandas de estudios elegidos como primera opción en todas las facultades, menos en las de Medicina, Veterinaria y Bellas Artes. A los aspirantes a ingresar en estas tres facultades, según dichas fuentes, se les ofertará la plaza en las carreras elegidas en segundo o en tercer lugar.

Por lo que respecta a la Universidad Autónoma de Madrid, la limitación del acceso afecta fundamentalmente a la unidad de Biológicas, que desde hace años viene sufriendo el problema de ver incrementada su matrícula por derivación del numerus clausus de Medicina.

Esta unidad ha admitido a 384 preinscritos y ha rechazado a 260, a los que se les ha ofrecido la posibilidad de trasladarse a la facultad de Biológicas de la Universidad de Alcalá de Henares, con la consiguiente protesta de los padres de los estudiantes afectados, a quienes en modo alguno convence la solución. Sucede además que 127 de estos alumnos no admitidos habían recibido ya la carta de aceptación y hasta el carné de la facultad, «por un fallo administrativo », según fuentes próximas a la citada unidad de Biológicas de la Autónoma.

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