Federico Sopeña tratará de hacer del Museo del Prado "un centro de cultura viva"

Federico Sopeña Ibáñez fue nombrado ayer director del Museo del Prado, cargo que había quedado vacante desde el lunes pasado, después de que el ministro de Cultura, Iñigo Cavero, aceptara la dimisión del anterior director, José Manuel Pita Andrade. Este mismo lunes, el ministro de Cultura, después de oír al Patronato del museo, ofreció el cargo a Federico Sopeña, por considerarle una persona «de prestigio intelectual, con un amplio conocimiento del Museo del Prado y con gran capacidad de gestión». Tras aceptar ayer la dirección de la primera pinacoteca nacional, Federico Sopeña declaró a EL PAIS que se puede hacer del Prado uno de los núcleos más vivos de la cultura española.

«Me he encontrado con una gran sorpresa ante la petición transmitida por el director general de Bellas Artes, Javier Tusell, para que me haga carpo del museo, pero lo he aceptado con mucho gusto y pienso dedicarme por entero, es decir, con dedicación exclusiva, al museo», ha añadido Federico Sopeña.El nuevo director del Museo del Prado se hace cargo de la gestión de la primera pinacoteca española y una de las más importantes del mundo en su especialidad «en un momento lleno de problemas, pero también cargado de ilusiones, porque se va a poder trabajar y dar a conocer la importancia cultural del museo».

Hay dos vertientes del Prado que Federico Sopeña piensa potenciar. Una es la que se refiere a su proyección hacia el exterior, hacia el extranjero, y la otra la utilización de sus valores para que sean aprovechados en el interior de nuestro país. Es en esta segunda vertiente donde el nuevo director del Prado piensa trabajar con más intensidad «aunque todavía no puedo dar proyectos concretos porque acabo de aterrizar y necesito estudiar las posibilidades. Sé que se podrán hacer muchas cosas porque han prometido ayudas los medios oficiales».

Federico Sopeña recuerda que a él se le conoce más por su dedicación a los estudios musicales, pero añade que también ha desarrollado la faceta artística, puesto que ha sido durante diez años secretario de la Academia de San Fernando, y durante los últimos cuatro años director de la Academia de España en Roma. Además, en el capítulo de actividad cultural en corporaciones, Federico Sopeña recuerda que es miembro fundador de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras, con sede en París.

«Siempre he buscado en mis trabajos la unidad de las artes», explica Federico Sopeña. Entre sus trabajos favoritos, los que a él le gusta destacar, se encuentran La música en el Museo del Prado, Música y literatura, monografías sobre pintores como Delacroix y Paul Klee, y Picasso y la música, libro que aparecerá próximamente.

Entre los problemas que hereda el nuevo director del Museo del Prado se encuentra la falta de presupuestos adecuados para hacer frente a las necesidades, tanto de adquisición de nuevas obras como de mantenimiento y restauración de las ya existentes. El director anterior, José Manuel Pita Andrade, adujo precisamente esta razón, entre otras, como uno de los motivos de su dimisión. «No sé exactamente hasta qué punto es grave este problema, porque tengo que estudiar bien la situación», dice Federico Sopeña, «pero el director general de Bellas Artes me ha prometido que tendré sobre este tema todo el apoyo que sea posible en la línea mantenida en los últimos años de mejorar los presupuestos y las dotaciones para el museo».

El nuevo director del Museo del Prado no piensa cambiar a nadie del equipo de dirección. «Tengo una enorme admiración por el subdirector Pérez Sánchez. El y todos los demás permanecerán, mientras no decidan ellos lo contrario».

El profesor Federico Sopeña también tiene admiración por Pita Andrade, «con quien me une una profunda amistad». José Manuel Pita Andrade presentó el pasado viernes al ministro de Cultura, Iñigo Cavero, una carta de dimisión como director del Museo del Prado después de llevar cuatro años al frente del mismo.

El nombramiento de Federico Sopeña como director del Museo del Prado se efectúa tres días antes de la inauguración oficial del centenario del nacimiento de Picasso y de la inauguración de la exposición del Guernica, ya recuperado para España.