Pobreza y estoicismo caracterizan la existencia de los egipcios
Dos semanas despues de la muerte de Sadat sólo una presencia de las fuerzas del orden mas nutrida que de costumbre y las frecuentes redadas de la policia -ayer todos los fieles que salian de la mezquita de Faggalah fueron embarcados en coches celulares- recuerdan el acontecimiento del dia 6 de octubre.En realidad, los diversos estamentos sociales cohabitan aqui sin choques violentos, característica esencial de una población integrada, en su gran mayoría, por campesinos. Egipto es un país pobre en el que la arteria vital del río Nilo atraviesa un sinfín de tierras desérticas. El hombre egipcio, sin embargó, no parece estar descontento con su suerte.
Una pequeña torta de harina sobre la que se deposita una minúscula cantidad de habichuelas (el foul acompañada en ocasiones, de algunos vegetales cocidos o macerados en vinagre (el torsi) es la comida de base del egipcio. Su coste no excede de 33 piastras (unas 36 pesetas) y puede adquirirse a cualquier hora del día o de la noche en uno de los miles de puestos ambulantes instalados en las calles de El Cairo.
Apertura económica
La política del infitah o apertura económica, lanzada por Sadat en 1974, tenía como meta acceder a la autosuficiencia alimentaria, limitar el número de parados (10% de una población estimada en más de 46 millones de personas) y detener la caída del producto nacional bruto. Una de las primeras medidas fue elevar el número de artículos de consumo subvencionado (77 actualmente), favoreciendo la extensión del cultivo de las tierras productibles.
El delta del Nilo, verdadero granero de Egipto, representa la zona de cultivo extensivo por excelencia, a pesar de lo cual el país tiene todavía. necesidad de importar más del 70% de su consumoen harinas, vegetales: ocho millones de toneladas anuales.
En 1979, Sadat lanzó un amplio programa de recuperacion de tierras desérticas (la llamada "revolución verde") centrado en la creación de un sistema de canales de irrigación.
Deficientes condiciones sanitarias
La tenacidad del fellah (campesino) egipcio es secular, sus condiciones de existencia rozan lo infrahumano (la árida estepa almeriense no podría compararse, en ningún casó, ala inmensidad de las tierras desérticas egipcias) y con todo, el campesino de este país ha sido, es y seguirá siendo la espina dorsal humana de la que se nutre un ejército de más de medio millón de hombres.
En las zonas rurales del valle del Nilo y a todo lo largo de su cinta azul, el hombre de la galubia, esa vestimenta holgada que constituye su prenda cotidiana, se enfrenta también a una atención sanitaria prácticamente inexistente.
La biliarzosis y otras enfermedades parasitarias, tifus y disentería no han sido erradicadas.
Pocas son las habitaciones rurales, construidas rudimentariamente con barro cocido y techo fabricado con fibras, que disponen de un pozo propio de agua. En general ésta sigue siendo traída del Nilo. y hervida para el uso personal.
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