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Acuerdo entre Reagan y Mitterrand sobre las relaciones Este-Oeste

Al término de dos sesiones de conversaciones entre los presidentes Ronald Reagan y François Mitterrand, quedó de manifiesto la identidad de puntos de vista entre Estados Unidos y Francia en las relaciones con el Este, pero las diferencias en materia de ayuda y cooperación con los países en vías de desarrollo, tema que ambos estadistas debatirán junto con otros veinte jefes de Estado o de Gobierno, a partir del próximo jueves, en Cancún (México), en el contexto del denominado diálogo Norte-Sur.

Reagan y Mitterrand dialogaron en el escenario de los actos conmemorativos del bicentenario de la batalla de Yorktown, pequeña localidad situada en el Estado de Virginia, donde el 19 de octubre de 1781 las tropas inglesas se rindieron a las tropas de los independentistas americanos, apoyados por los soldados y la marina franceses. La batalla de Yorktown marcó el fin de la guerra de la independencia americana contra la metrópoli británica."Hoy restauramos nuestra economía para trabajar por las generaciones del mañana. Hoy reforzamos nuestra defensa para que nuestros hijos nunca más deban ir a la guerra", dijo el presidente Reagan ante los 3.000 soldados que escenificaron el acto de rendición en las llanuras de Yorktown. Por motivos de seguridad, tanto Reagan como Mitterrand presenciaron el acto desde la tribuna oficial protegida por cristales antibala, en un ambiente de pólvora, sin balas, disparada por los soldados coloniales americanos y franceses en su última batalla contra los ingleses.

"Las relaciones son excelentes", declaró un alto funcionario de la Casa Blanca, en comentario a la situación de la amistad franco-norteamericana, tras la llegada de los socialistas al poder. Destacó que, en materia de relaciones Este-Oeste, los puntos de vista de Mitterrand eran, incluso, más "francos" que en la época de Giscard d'Estaing. El presidente galo se declaró favorable al refuerzo del potencial nuclear en Europa, para negociar sobre bases más equilibradas con los soviéticos. También se mostró de acuerdo con los principios de paz en el Próximo Oriente basados en los tratados de Camp David.

El fin de las conversaciones Reagan-Mitterrand coincidió con la publicación en Washington, por parte de la Casa Blanca, de unas polémicas declaraciones del presidente norteamericano a periodistas de provincias, en las que aseguraba que Europa podía, perfectamente, ser escenario de una guerra nuclear limitada, sin que ello significara un enfrentamiento directo entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

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