Dos barriosde Pamplona estuvieron más de dos días sin luz por un atentado
El atentado perpetrado en la noche del sábado en las afueras de Pamplona contra la estación transformadora de Santa Lucía, propiedad de Fuerzas Eléctricas de Navarra, SA (FENSA), empresa distribuidora de Iberduero, ha sido el más costoso de reparar, por el momento, por lo que ayer permanecían sin fluido eléctrico cerca de dieciocho poblaciones próximas a la capital navarra y parte de los barrios pamploneses de San Jorge y la Rochapea. Los daños producidos por el atentado han sido evaluados en unos veinte millones de pesetas.
Según los datos obtenidos por EL PAÍS, los autores del atentado, con toda probabilidad un comando de ETA Militar, penetraron en la subestación rompiendo con alicates un metro cuadrado del alambre metálico que protege las instalaciones de Santa Lucía. Una vez en el interior, colocaron cuatro cargas, que contenían un total de diez kilos de Goma-2, junto a dos transformadores eléctricos.La explosión de los artefactos, que se pudo escuchar en Pamplona con bastante nitidez, se produjo sobre las 22.15 horas del sábado. Los transformadores, los controles automáticos, los cuadros de mando y los interruptores quedaron fuera de servicio.
Como ha sucedido en otras ocasiones, los técnicos de FENSA esperaron a que el sol saliera, en la mañana del domingo, para comenzar los trabajos de reparación en la subestación de Santa Lucía. Al comprobar que los daños eran de especial importancia, se trasladó, desde Pamplona, por medio de grúas especiales, un transformador de repuesto, que comenzó a ser instalado a media mañana por técnicos de FENSA y de Iberduero desplazados desde Bilbao. Durante todo el domingo permanecieron sin luz los barrios de la Rochapea, San Jorge, parte de San Juan y la Chantrea, en Pamplona, así como otras dieciocho poblaciones cercanas a la capital navarra. Según cálculos oficiosos, los afectados podrían ser entre.30.000 y 40.000 personas.
En la mañana de ayer, con cortes intermitentes a lo largo de todo el día, recuperaron el suministro eléctrico los barrios de Pamplona, así como Berriozar y Ainzoaín, pero no los pueblos de la comarca de la capital navarra, como Berrioplano, Ballariain, Elkarte, Oteiza, Larragueta, Ventas de Añezcar, Orcoyen, Arazuri, Iza, Loza, Zuasti, Aldabe, Lizasoaín, Eguillor, Beasoaín y Olza. Los técnicos de FENSA continuaban trabajando en la estación transformadora de energía de Santa Lucia para reponer el servicio a todos los abonados afectados.
En Pamplona, la cárcel provincial, situada al comienzo del barrio de San Juan, quedó sin suministro eléctrico desde las 22.15 horas del sábado hasta la mañana del lunes. En esta situación, la dirección del centro consideró oportuno reforzar la vigilancia externa, por lo que efectivos de la Guardia Civil estuvieron rodeando la prisión hasta que quedó establecido el suministro eléctrico.
Fuentes de la empresa FENSA aseguraron ayer que, después de este último atentado, la red distribuidora de energía en Navarra ha quedado en condiciones absolutamente precarias. «Cada nuevo atentado está originando situaciones más graves, ya que los elementos de reposición que tenemos actualmente se van quedando agotados. De seguir a este ritmo, vamos a llegar a una situación en la que no tengamos elementos de reposición, y entonces las consecuencias pueden ser imprevisibles, porque no, sabemos el tiempo que podría costarnos reponer de nuevo el servicio».
Mejora el guardia civil herido
Por otra parte, el guardia civil Angel Hernández, herido a última hora del sábado durante un tiroteo en Eibar (Guipúzcoa), evoluciona favorablemente, según fuentes médicas del policlínico de San Sebastián, donde se encuentra ingresado. El herido, de veinte años, natural de Hinojosa del Duero (Salamanca), formaba parte de una dotación de la Guardia Civil que efectuaba una patrulla de vigilancia en torno al banco de pruebas para armas de fuego situado en el polígono Unzuaga, de la villa armera, cuando se inició un tiroteo, poco antes de la madrugada, según informó Victorino Ruiz de Azúa.
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