Lipp, la "cantina de lujo" de París, se ha convertido en el "restaurante de la República"
Desde que el pasado día 10 de mayo, François Mitterrand, tras cuarenta años de acecho y de penitencia, se convirtió en el presidente de la República francesa, Lipp o chez Lipp, o la brasselie Lipp, ya no es nada de esto último. Ahora, el santuario gastronómico-político-literario-artístico más célebre de Francia se ha convertido en el restaurante de la República. Y eso por una razón simple: porque Mitterrand era su asiduo cliente desde que, en sus tiempos de joven ministro de la IV República, empezó a urdir la trama que, en 1981, le haría inquilino del palacio del Elíseo.
En términos de producto nacional bruto, los comunistas franceses y Lipp devengaron el mismo salario el día que Mitterrand salió presidente. Los del PCF perdieron el 5% de su clientela y, por eso mismo, su enemigo les regaló cuatro ministros, para taparles la boca. Y Lipp, a su vez, perdió su cliente más caro, el llamado desde entonces emperador Francisco I, pero ganó el único galón que le faltaba. Ahora, Lipp es el restaurante de la República, y su dueño y maestro de ceremonias, Roger Cazes, es el emperador temido y cortejado del lugar. Y si, antes, comer aquí sus reputados choucroute o beuf au gros sel, era cosa de privilegiados, ahora, cuando se es don nadie en la república de los políticos, en la de las letras, y en todas esas repúblicas de la gloria, entrar en Lipp puede ser tan penoso como entrar en la CEE cuando al postulante se le ocurre llamarse don Leopoldo.De todas maneras, Lipp viene de lejos. Con Mitterrand, y sin él, esta cantina de lujo, joya parisiense de la belle époque, fundada en 1871 por un alsaciano que se llamaba Lippman desde hace más de medio siglo, es el escaparate sine qua non de todas las seseras que 'han escrito el folletón de la grandeur francesa. La semana pasada, el último biógrafo, por ahora, del restaurante, decia de los políticos: "Todos han venido, vienen o vendrán". Cuando Georges Pompidou era primer ministro del general Charles de Gaulle, cundió en la opinión un rumor que le enfrentaba, a muerte, con su ministro de Finanzas, Valéry Giscard d'Estaing. ¿Cómo desfacer el entuerto? Cenando en Lipp, tras advertir a los fotógrafos, claro. Almorzar o cenar en Lipp, por 1.500 pesetas, no más, . es como sacar una entrada para echar una cana al aire con Michel Debre, o con Annie Girardot, o con Belmondo, o con Picoli, o con Bernard Henri Levy, o con Jorge Semprún, o con el ex parisiense José Luis de Vilialonga, que hasta ganó el Premio Cazes de novela creado por el dueño del templo.
"Ya es muy vieja y no va a servir, pero si quiere le doy una fotografía que tiene treinta años y en la que se me ve a mí ayudándole a Mitterrand a ponerse el abrigo", dice Roger Cazes para ilustrar las antiguas e íntimas relaciones del hoy presidente con Lipp. Los historiadores del último cuarto de siglo francés ya no tienen más remedio que ligar al restaurante célebre con el nuevo emperador del palacio del Elíseo. El día 15 de octubre de 1959, a media noche, Mitterrand y un amigo, tras cenar en Lipp, se despidieron. Momentos después, el coche del ex ministro de la IV República era acribillado por impactos de bala. Mitterrand paró en seco y, no se sabe cómo, los tiros le respetaron mientras se escondió tras un vallado de alhenas. Así empezó el histórico atentado de L'Observatore, que muchos sospecharón como un autoatentado. El dia 4 de abril de 1974, Pompidou falleció de un cáncer. Mitterrand cenaba en Lipp cuando el patrón, Cazes, se acercó a darle la noticia y a animarlo con una frase que recuerda: "Ahora, señor Mitterrand, ya está usted en la pista". Fue el inicio de su primer pulso con Giscard. La última vez que cenó un beuf au gros sel con su mujer, Danielle, y su cuñado, el actor Roger Hanin-, fue el pasado día 25 de abril, víspera de la primera vuelta de las presidenciales. Ahora, Roger Cazes se encoge de hombros cuando piensa que Mitterrand podría muy bien, una noche, driblar todos los protocolos para añadir un capítulo más a la historia de Lipp y a la suya.
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