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Francia provoca una dura batalla dentro del Sistema Monetario Europeo al exigir a Alemania que revalúe el marco

Soledad Gallego-Díaz

La firme aspiración de Francia a que la República Federal de Alemania revalúe el marco ha originado una seria confrontación en el seno de la Comunidad Económica Europea. El Gobierno galo, empeñado en la lucha contra el paro, necesita defender su divisa, para lo cual esta semana empleó 8.000 millones de francos. Alemania, cuya lucha antiinflacionista pide una moneda fuerte para que la subida del dólar y el rearme norteamericano no la dejen sin capitales, propone un esfuerzo común, que llevaría a la paralela devaluación del franco francés y el belga, la lira italiana y la libra irlandesa.

Los ministros de Finanzas de los diez países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) se reunirán hoy, domingo, en Bruselas, en sesión imprevista y urgente, para estudiar una posible variación en la paridad de algunas de las monedas integradas en el Sistema Monetario Europeo (SME). Al parecer, la reunión ha sido solicitada por el Gobierno francés, que mantiene una dura batalla para sostener su moneda y que exige una inmediata revaluación del marco alemán.Los primeros rumores sobre una posible revaluación del marco dentro del SME fueron publicados por un diario italiano el pasado viernes, y provocaron un alza del 1,3% de la moneda de la República Federal con respecto al dólar. Todo parecía indicar, sin embargo, que no se adoptaría ninguna decisión hasta la entrevista para el próximo miércoles entre el presidente francés, François Mitterrand, y el canciller de la RFA, Helmut Schmidt.

La situación monetaria ha experimentado un deterioro tan fuerte que París no ha querido esperar 72 horas y ha exigido una reunión urgente y extraordinaria del Consejo de Ministros. Para preparar la reunión acudieron ayer a la capital belga, en aviones privados, dada la extrema urgencia de la convocatoria, los miembros del comité de expertos del SME, que anoche continuaban sus trabajos. El comité está integrado por los presidentes de las bancas nacionales y otros técnicos, como los directores generales del Tesoro.

Enorme desorden

Aunque los expertos se negaron a realizar declaraciones a la Prensa, agolpada en el vestíbulo de la Comisión Europea, se da por seguro que los ministros de Finanzas deberán decidir hoy una variación sustancial de la paridad de algunas de las monedas de ocho países miembros de la CEE: RFA, Francia, Italia, Irlanda, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo. Sólo el Reino Unido y Grecia no forman parte de este sistema, ideado para guardas un equilibrio tal entre los países comunitarios que les permita hacer frente a las crisis monetarias internacionales, guardando un margen de oscilación del 2,25%. Este margen se rompió el pasado mes de marzo en favor de Italia, y la lira se devaluó en relación con sus compañeras en un 6%.

El problema monetario que se plantea ahora es el enorme desorden financiero internacional causado por la política de alto" tipos de interés que mantiene desde hace meses la Administración norteamericana. Para evitar que el dinero se marche al mercado estadounidense, otros países, como la RFA, se han visto obligados a subir también de manera notable sus propios tipos de interés, pero esta política provoca graves problemas en monedas débiles, con el franco francés o el franco belga.

Al problema puramente monetario hay que sumar el enfrentamiento a nivel económico entre la Francia socialista de Mitterrand y la RFA de Schmidt, acérrimo partidario de la lucha contra la inflación, mientras que París quiere desarrollar un amplio programa de lucha contra el desempleo como prioridad de prioridades. La divergencia de puntos de vista entre ambos políticos quedó claramente demanifiesto en la primera reunión del Consejo Europeo, celebrada el verano pasado en Luxemburgo.

Mitterrand, muy contrariado por la política norteamericana y por la imposibilidad de que la CEE intente una política coherente y conjunta contra Washington (tanto Schmidt como la primera ministra británica, Margaret Thatcher, se niegan a echar el pulso), exige que Bonn asuma su responsabilidad y que revalúe de hecho, dentro del SME, su moneda, dado que se mantiene en alza desde hace bastante tiempo.

Según fuentes oficiosas, París ha pedido a la RFA una revaluación de más de un 10%, pero Bonn se opone tajantemente y exige una devaluación simultánea de otras monedas, entre ellas el franco francés, a fin de que su revaluación sea inferior a un 4%. La primitiva negativa francesa puede haber dado paso a una dura negociación sobre los tantos por ciento respectivos de revaluación y devaluación. Algunos expertos estimaban ayer que podría situarse en una cifra próxima al 4% en ambos casos.

Lucha más amplia

La lucha entre el franco y el marco no es una lucha solitaria, porque es evidente que otras monedas deberán entrar en el cesto; por ejemplo, el franco belga, que se encuentra desde hace meses en una situación desastrosa. La principal dificultad es que Bélgica se encuentra en estos momentos con un Gobierno en funciones, que sólo puede resolver asuntos corrientes, y que difícilmente el primer ministro dimisionario, Mark Eyskens, aceptará una medida antipopular (las elecciones son el 8 de noviembre próximo), como será una devaluación fuerte. Bélgica importa enormes cantidades de alimentos y productos de consumo, y el índice de inflación subiría sustancialmente. Tampoco Italia puede mantenerse al margen, y la lira, según los expertos italianos debe unirse al carro de las devaluaciones para mantener, y mejorar si es posible, su línea de exportación.

Aunque el ajuste de paridades que se decida hoy afecta, en teoría, únicamente a la relación interna de las monedas inscritas en el SME, todos los expertos estiman que se producirá un efecto inmediato sobre otras monedas no reguladas en el Sistema. La libra esterlina, por ejemplo, ha sufrido ya esta semana los duros embates del desorden financiero existente, y el Gobierno de Thatcher, que ha mantenido siempre que no apoyaría artificialmente su moneda, se ha visto obligado, sin embargo, a gastar el equivalente a cuatrocientos millones de libras para evitar una caída en picado.

El rearme, telón de fondo

La última gota que hizo rebosar el vaso del mercado financiero esta semana ha sido el anuncio, por parte del presidente norteamericano, de poner en marcha su programa de rearme con los misiles MX y los nuevos bombarderos. Es evidente que para mantener la carrera de armamentos Norteamérica necesita dinero y que va a seguir intentando atraerse por todos los medios el capital financiero que deja de acudir a otros mercados. Un experto comunitario afirmaba ayer de forma oficiosa, evidentemente, que la crisis monetaria provocada por Washington podía provocar más problemas a los europeos, y a la RFA en particular, que los tan aireados movimientos pacifistas.

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