_
_
_
_
_

La doctora Aslan inaugura en España un centro para combatir la vejez

Rosa Rivas

Por quinta vez, la doctora rumana Ana Aslan visita España, y en este caso "su antorcha científica será definitivamente recogida", como dijo ayer uno de los médicos españoles partícipes en el Instituto español Ana Aslan. Porque España ya forma parte de la cadena de 150 centros esparcidos por todo el mundo para que los mayores de sesenta años "sigan pensando que la vida es bella". Eso dice la doctora.

Sumergido en el entramado laberíntico del madrileño complejo Azca, se encuentra la versión española del ínternacionalmente conocido Instituto Aslan, seguidor del método que, hace unos 35 años, "tuvo la suerte de inventar", según su propias palabras, la científica rumana Ana Aslan. Ella es ejemplo vivo, a los 84 años, de su propio sistema aliviador de la vejez. Los veinticinco especialistas del equipo Aslan hispánico han hecho suyo el objetivo de su inspiradora: "Conseguir para el ser humano una vida más sana, más feliz y más dilatada".Con voz fina, lenta, un tanto fatigada ("No me siento bien de la garganta", confesó a los periodistas), Ana Aslan repitió ayer en Ia inauguración del centro sus ideas sobre cómo ayudar a las personas que desean luchar contra su vejez. "Antes, la sociedad consideraba a los viejos víctimas de un proceso fatal; no había especialistas en el tratamiento de los mayores. Hasta 1950 no se creó una asociación internacional de gerontología, y dos años después nació el Instituto de Geriatría de Bucarest", contó la doctora.

En el citado instituto no se venderán Gerovital a espuertas ni promesas de juventud envasadas en tarritos de cremas. Sus promotores quieren dejar claro el cariz científico de su terapia, de la que, por supuesto, formará parte la sustancia reparadora que ha hecho famosa a la doctora Aslan. Geriatras, cardiólogos, cirujanos plásticos, dermatólogos, ginecólogos, reumatólogos, psiquiatras y una larga cadena de expertos - trabajadores de una institución privada, sociedad anónima- se ocuparán de tratar a los mayores de sesenta años "con voluntad de amar la vida y de creer cómo el proceso de envejecimiento puede ser retardado" (palabras de Aslan). Todo ello por unas 75.000 pesetas, tanto si el tratamiento dura un mes como si dura ocho. Eso dicen, al menos, los promotores del instituto, quienes han pensado además dedicar un día por semana al contacto con gentes de recursos económicos escasos.

"Mí tratamiento no provoca efectos secundarios y prolonga la vida activa de las personas. ¿Se pueden pedir otros milagros?", preguntó la doctora Aslan a la concurrencia periodística, y, pese a estar cansada ("Menos fotos, por favor"), continuó hablando ilusionada de las excelencias de su trabajo: "He tenido muy buenos maestros en Rumanía". La dejamos exponiendo su teoría, compartida con el artífice de la celuloterapia, de que "no se pueden entrecruzar varios tratamientos para la vejez", y resaltando las ventajas contra la caída del cabello de la procaína. "¡Claro que merece alargar la vida!", insiste .

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_