La huelga de hambre de Panella entra en una fase peligrosa
Marco Panella, líder carismático del Partido Radical y diputado del Parlamento Europeo, lleva veinticinco días en huelga de hambre, como protesta contra los Gobiernos que no dedican más dinero de su presupuesto nacional a favor de los millones de personas, sobre todo niños, que cada día mueren de hambre en todo el mundo.Aunque es verdad que el popular Panella tiene ya acostumbrada a la opinión pública a este tipo de lucha política, hasta el punto que se ha llegado a decir que los ayunos a Panella "le hacen más guapo y fuerte, esta vez la cosa parece más seria.
Quien está cerca del líder radical empieza a temer que este ayuno pueda comprometer gravemente su salud. Que el problema existe lo demuestra el hecho de que ayer su compañero de partido y famoso escritor siciliano, Leonardo Sciascia, lanzó una llamada desde el periódico Corriere della Sera.
Sciascia dice que "no le gusta el ayuno, pero que Panella tiene razón". Y con su pluma siempre parca, dura y dulce al mismo tiempo, afirma que esta vez Panella se ha cogido los dedos. "Ahora", agrega, no tiene más que dos salidas: o morir fisicamente, continuando la huelga de hambre, como los revolucionarios irlandeses, o morir moral y políticamente, interrumpiéndola sin haber obtenido nada".
Pero añade a continuación que esto no quiere decir que podamos dormir tranquilos: no podemos excusarnos diciendo que no nos gusta Panella o sus métodos de lucha política a favor de los derechos humanos. "El verdadero problema", escribe el narrador siciliano, "no es Panella y su ayuno; el verdadero problema son los millones de seres humanos que mueren cada día de hambre en todo el mundo, especialmente en los países subdesarrollados".
Y termina con estas palabras, que son como una condena para todos: "El hecho de que los Gobiernos y la opinión pública no respondan a la llamada de Panella no demuestra su derrota, sino la nuestra".