_
_
_
_
Tribuna:FLAMENCO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Terremoto de Jerez: la muerte del sucesor de Mairena

Llegamos a Jerez de la Frontera a media mañana, cuando Fernando Fernández Monje, Terremoto, estaba recibiendo sepultura. La noche del sábado 5 de septiembre había estado cantando en Ronda. Llegó a su casa en Jerez a las seis de la mañana, al parecer ya aquejado de molestias; a las nueve había muerto. Su médico personal diagnosticó paro cardiaco, sin relación con su «vieja afección hepática». Una vieja afección hepática que varias veces puso en peligro la vida del cantaor.

Terremoto era gitano de pura cepa, como todos ellos. Seguramente el mejor cantaor gitano de Jerez, después de Manuel Torre. Algunos veían en él al sucesor de Mairena, pero esto es difícil precisarlo. Lo que sí es cierto es que era uno de los cuatro o seis mejores cantaores del momento actual, uno de los verdaderamente grandes.

Lástima que un temperamento imprevisible, casi siempre debido a su abuso de la bebida, le llevara con frecuencia a soluciones heterodoxas, si no sencillamente inoperantes. Pero cuando cantaba de verdad, como él sabía hacerlo, el cante de Jerez encontraba seguramente su más genial intérprete, con duende y con ángel, con una voz rota pero llena de musicalidad, cantaora, con ecos de una sabiduría ancestral que estremecían.

Había comenzado de niño, entre la gitanería del barrio de Santiago, bailando antes que cantando. «Fue creciendo a ritmo de bulerías», escribe Juan de la Plata, que le conoció bien. Y añade: «El mundo se le quedaba chico para su grito dionisiaco». Los elogios se han multiplicado siempre para este gitano que nos ha dejado a los 47 años de edad, cuando aún podíamos esperar oírle cantar otros tantos. Ríos Ruiz nos dice de él que era «un cantaor que alcanza momentos de inspiración rayana con lo específicamente trascendental en el cante flamenco, algo casi inexplicable, una brillantez enraizada más en la sangre que en lo que el cante tiene de pensamiento popular, es decir, una brillantez de lo oscuro -si se nos permite la metáfora-, una hermosura arrancada de la tragedia, un sonido que estremece y levanta el vello por puro poder de lo telúrico». «Gitano grande», le llamó Manuel Barrios, aunque en ocasiones no vacilara en reprocharle su excesivo culto al «milagro producto de las viñas», que le hacía malograr su propio arte.

En los estilos específicamente gitanos, seguidillas y bulerías sobre todo, fue un maestro quizá irrepetible, pues en momentos de inspiración tenía un eco que no hemos escuchado a ningún otro.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_