La Junta de Galicia culpa a la Administración central de la intoxicación por mejillones

«La intoxicación de mejillones que ha afectado a cerca de 5.000 personas era incontrolable, porque se debe a un fenómeno natural del medio ecológico del mar; a la pregunta de si era inevitable, debo contestar que podía haberse evitado en esta época del año la extracción y comercialización del molusco y así lo recomendó el 10 de septiembre la Consejería de Pesca de la Junta de Galicia; pero el organismo responsable, la Junta Central Inspectora, para el reconocimiento de la calidad y salubridad de los moluscos, no aceptó la propuesta», dijo ayer a EL PAIS el director general de Sanidad del organismo autonómico gallego, José Tojo Reboredo.

Durante todo el día de ayer se sucedieron las manifestaciones de diversos organismos de las Administraciones central y autonómica en lo que medios mejilloneros de la provincia de Pontevedra consultados por Europa Press calificaron de claro peloteo del problema entre el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, el de Agricultura y Pesca y la Junta de Galicia. Las declaraciones del secretario de Estado para el Consumo, Enrique Martínez Genique, publicadas ayer en este periódico, en el sentido de volear toda la responsabilidad de la intoxicación en la Administración gallega, fueron calificadas por el doctor Tojo Reboredo de desafortunadas. «Martínez Genique», dijo el director general de Sanidad de la Junta, «no nos ha pedido información en momento alguno y cuando se habla desde la función pública hay que tener más rigor».Tojo Reboredo explicó que desde finales de agosto se intensificaron los controles de las aguas, debido a los cambios de clima. A primeros de septiembre, las sedes del Instituto Oceanográfico de La Coruña y Vigo indicaron que se daban las condiciones climáticas para la presencia de marca roja. por lo que se aumentaron los análisis. Todas las pruebas en relación con la mitilotoxina o toxina del mejillón resultaron negativas. El control bacteriológico realizado por los cuatro laboratorios dependientes de la Consejería de Sanidad resultaron hasta el día de hoy (por ayer), igualmente negativos».

Hipótesis

«Incluso sin la existencia de marcae roja», siguió el director general de Sanidad de la Junta, «a veces proliferan especies tóxicas del cito-plancton por desequilibrios ecológicos debidos a cambios climáticos. Cuando los moluscos digieren esas especies tóxicas, se acumulan en ellos toxinas que pasan luego al consumidor. Desde el lunes mantuvimos esta hipótesis, porque la sintomatología del proceso era exclusivamente diarréica, con vómitos o náuseas, y porque el período de incubación era, por término medio, de seis horas, lo que nos llevaba a descartar un proceso infeccioso o un agente patógeno bacterial. Estamos a punto de confirmar lo anterior, y entonces la intoxicación no sería responsabilidad de las depuradoras, sino consecuencia de un fenómeno natural propio del medio ecológíco del mar. Hoy por hoy no conocemos técnica alguna que permita prevenir o detectar una toxina de este tipo. Por lo tanto, aunque las partidas de mejillones llevaran el preceptivo sello sanitario, no habría responsabilidades directas, porque la intoxicación se debería a un fenómeno natural».El doctor Tojo Reboredo admitió, no obstante, «las posibles responsabilidades de algunas depuradoras. Puede haber industrias a las que se deban exigir responsabilidades -y las depuradoras A-13 y A-28 podrían estar entre ellas. pero no quiero hacer juicios de valor como otras personas, que nos han calificado a mí y a mi equipo de ingenuos. En última instancia, nuestras competencias. las de Sanidad, abarcan el punto de vista higiénico-sanitario de la comercialización de los alimentos y la inspección de los productos alimenticios. Cuando hay un problema se lo comunicamos al sector correspondiente de la Administración. En esta ocasión, todos nuestros análisis dieron resultados negativos».

Informes en poder del Ministerio de Agricultura y Pesca indican que el pasado día 17 se observaron «Mejillones sin depurar, objeto de tráfico clandestino», según pudo saber EL PAIS. Asimismo, los citados informes aseguran que las depuradoras A-13 y A-28 de El Grove no tenían registrados, a partir del citado día 17, los datos que obligatoriamente deben figurar en los libros de control. En los análisis que figuran en poder del ministerio se recoge la presencia de la escherichia coli, causante de vómitos e irregularidades.

Fuentes de la Administración central, conocedoras de los anteriores informes, indicaron que no existía intoxicación por marea roja y que la contaminación podía producirse por el consumo de mejillones en roca, sin pasar por la depuradora, o por algún hecho anómalo en la depuración. «En esta ocasión», afirmaron fuentes del Ministerio de Agricultura y Pesca, «se han dado las dos cosas. Hemos comprobado que los responsables de las depuradoras A-13 y A-28 de El Grove aprovecharon el fin de semana, cuando no están los inspectores de Sanidad, dependientes de la Junta de Galicia, para sacar los mejillones a la venta sin haberlos depurado».

Temores no considerados

La Junta Central Inspectora para el reconocimiento de la calidad y salubridad de los moluscos, a cuyo presidente, Gonzalo Vázquez, intentó localizar infructuosamente este periódico, se reunió el pasado día 10 de septiembre con miembros de distintos ministerios. representantes de la Armada. del Instituto Oceanográfico, de las secretarías de Estado para la Sanidad, Comercio y Consumo y otros organismos. La reunión estuvo presidida por el subsecretario de Pesca. Miguel Aldasoro, y a ella asistió el consejero de Pesca de la Junta de Galicia, Baldomero García Calviño. Según consta en el acta de la reunión, el presidente preguntó a los asistentes si, a su juicio, convenía tomar medidas concretas referentes a la extracción de los moluscos, dada la posibilidad de existencia de una marea roja con toxicidad, hipótesis que había provocado la reunión.El representante de la Secretaría de Estado para la Sanidad, Roberto Conty, manifestó que, basta el momento de la reunión no se había detectado toxicidad en los moluscos, según informó a EL PAIS uno de los asistentes. También indicó que, aunque los dinoflagelados no eran peligrosos, últimamente habían aparecido tamarensis, que sí revestían peligro, por lo que se había adelantado la reunión de la Junta Central Inspectora. En base a informaciones del Ministerio de Sanidad y del Instituto Oceanográfico, el representante de la Secretaría de Estado para la Sanidad afirmó que no había razones para alarmarse ni razones sanitarias o técnicas para impedir la comercialización de los moluscos.

El acta de la reunión de la Junta Central Inspectora recoge las peticiones del consejero de Pesca de la Junta de Galicia, Baldomero García Calviño, para que se hagan cumplir las normas que eviten la peligrosidad de contaminación de los moluscos, y apunta que no es suficiente limitarse a investigar los polígonos de las bateas o mejilloneras. Ante la posibilidad de interrumpir obligatoriamente la comercialización de algunas depuradoras, García Calviño si, mostró partidario de una prohibición total de las extracciones, «por la dificultad de control que represcrita una prohibición limitada». El acta de la reunión recoge la respuesta del representante de Sanidad considerando «injustificada la suspensión de la extracción total» y alegando que en el temna del aceite de colza tampoco se prohibió la venta total de aceite y que el sector mejillonero está mal y se hundiría más aún.

Un asistente a la reunión por parte de la Administración central dijo que la versión ofrecida por el director general de Sanidad de la Junta de Galicia, en el sentido de que el consejero de Pesca de este organismo había pedico la suspensión de la extracción y comercialización del mejillón, no era exacta.