Camp David, un proceso estancado
Tres años después de la firma de los acuerdos de Camp David, las conversaciones sobre la autonomía palestina se encuentran prácticamente estancadas, y tanto en Israel como en Egipto existe gran inquietud con respecto a la retirada total de las tropas judías del Sinaí.El 17 de septiembre de 1978, los presidentes de Estados Unidos, Jimmy Carter, y de Egipto, Anuar el Sadat, y el primer minístro israelí, Menájem Beguin, clausuraron dos semanas de conversaciones en la residencia de Camp David con la firma de un acuerdomarco para la paz en Oriente Medio.
Una vez ratificado el acuerdo por los Parlamentos de Israel y de Egipto, los tres dirigentes volvieron a reunirse para firmar, el 26 de marzo de 1979, en Washington, el acuerdo de paz egipcio-israelí.
Las negociaciones de paz unilateral establecidas por el presidente Sadat con el Estado judío merecieron las más duras críticas de la cumbre árabe de Bagdad, de noviembre de 1978, y valieron más tarde a Egipto, tras la firma del tratado, la suspensión en la Liga Arabe y en la Organización de la Conferencia Islámica.
Las primeras fases del proceso de paz y normalización entre Israel y Egipto se cumplieron sin grandes dificultades, comenzando con el encuentro de Beguin y Sadat en la ciudad de El Arish, en el Sinaí, el 25 de mayo de 1979, en el que ambos estadistas se intercambiaron oficialmente, en presencia del entonces secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, los documentos de ratificación del tratado de paz.
El 26 de julio de 1979, al cumplirse los cuatro meses de la firma del tratado de paz, Israel devolvió a Egipto los pozos petrolíferos del Sinaí, en el golfo de Suez, y entre septiembre y noviembre de ese mismo año las tropas judías desalojaron otra franja del desierto ocupado.
Tras la segunda fase de la devolución del Sinaí a Egipto, completada el 26 de enero de 1980, el mismo día en que los dos países reabrieron sus fronteras, las tropas ísraelíes ocupan todavía una tercera parte del territorio, que deberán abandonar antes del mes de abril de 1982 para dar paso a una fuerza pacificadora internacional encargada de supervisar el cumplimiento de los acuerdos.
Aunque los recientes acuerdos norteamericano-egipcio-lsraelíes sobre la fuerza multinacional para el Sinaí hayan eliminado los más importantes obstáculos en el proceso de devolución del territorio, ni El Cairo está totalmente seguro de que los israelíes vayan a cumplir lo pactado, ni los israelíes están unánimemente dispuestos a hacerlo.
Pero mucho más inciertas todavía son las perspectivas de las conversaciones sobre la autonomía palestina en Gaza y Cisjordania, el otro gran objetivo de los acuerdos de Camp David, junto con la paz y la normalización de relaciones entre Israel y Egipto.
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