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Las autoridades polacas, inquietas por las resoluciones del Congreso de Solidaridad

Las autoridades polacas, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Jozef Czyrek, miembro de las más altas instancias del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) -Buró Político y Secretariado-, han calificado al I Congreso de Solidaridad, que terminó su primera fase el pasado jueves en la ciudad de Gdansk, como un ataque a la razón del Estado polaco, es decir, al sistema socialista.

La Prensa soviética se refirió ayer a un comunicado hecho público por los dirigentes de Varsovia, los cuales expresan "su inquietud" por las decisiones adoptadas en Gdansk y su confirmación de que el sindicato ha tomado el camino de un "movimiento contrarrevolucionario al sistema socialista de Polonia".Además de estos comentarios en la Prensa, medios bien informados de la capital soviética manifestaron a la agencia France Presse que ha resultado evidente la "manipulación de Solidaridad por un grupo de políticos poco dispuestos a defender la causa de los trabajadores". Incluso utilizaron términos de advertencia al declarar,que "nada prueba que el sindicato polaco defienda a los trabajadores; muy al contrario, sus principios han degenerado tanto que hoy se puede trazar un paralelismo con la Checoslovaquia de 1968: es la clase intelectual quien dirige el baile; los obreros no cuentan para nada".

A pesar de que no se ha informado sobre los términos en que se desarrolló, en la noche del jueves, la entrevista entre el primer secretario del POUP, Stanislaw Kania, y el embajador de Moscú en Varsovia, Boris Aristov, no ha pasado inadvertido que las críticas de Czyrek contra Solidaridad, dejando en claro la oposición de las autoridades a los proyectos sindicales, se produjeran después de esta entrevista.

El partido deberá dar algún tipo de respuesta inmediata a las importantes demandas políticas presentadas por Solidaridad antes del inicio de la segunda fase de su congreso, el 26 de este mes. De mo mento, el comité del POUP en Varsovia hizo ayer un llamamierito a sus militantes para "un reagrupamiento de fuerzas" contra las actividades "irresponsables de Solidaridad". El comité de la capital, conocido por sus planteamientos conservadores, acusó a la organización de Lech Walesa de "optar por una política de confrontación con las autoridades".

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Una día después de la finalización del Congreso, la mayoría de delegados no sabe muy bien las modalidades de las elecciones libres reclamadas para el Parlamento (Sejm) y los consejos regionales, enmarcadas en el amplio proyecto de autogestión. Lo que sí especifican es su deseo de acabar con el predominio en la vida política de la Nomenklatura, término acuñado en los países del Este para describir a la clase dirigente que pertenece al partido comunista. De ahí la insistencia, en las diversas intervenciones a lo largo del congreso, en la "incapacidad" y "falta de voluntad" de esos dirigentes para resolver la crisis planteada sin renunciar a sus prerrogativas.

Walesa despidió a los delegados en una conferencia de Prensa, que se convirtió en un mitin, en las afueras de Gdansk, con esta frase: "Ahora", dijo, "tenemos la oportu nidad de crear la Polonia que sofíaron nuestros antepasados".

Similares palabras las pronun ció en el discurso de apertura. Pero tampoco le faltó al líder polaco el sentldo del humor, aplaudido y rubricado por las carcajadas de los delegados, cuando, a la pregunta de un periodista acerca de lo que signi icaba el apoyo a los sin dicatos libres en la Europa del Este, Walesa contestó: "Nosotros no hemos inventado aquello de "Proletarios del mundo, uníos"; nos lo han enseñado desde hace tiempo".

Al finalizar esta primera parte del congreso de la inayor organización popular de Polonia, con más de nueve millones y medio de militantes, la primera impresión es la de haber asistido al nacimiento de una poderosa organización política más que a un congreso sindical donde se trazan reivindicaciones de tipo social y económico.

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