A la comisaría
En el auto de procesamiento de los responsables de la comercialización de carne de animales muertos por peste porcina africana figuran algunos hechos ciertamente asombrosos. Uno de ellos es que la Comisaría de Abastecimientos y Transportes ha comercializado varios millones de kilos de carne sin haber pasado los preceptivos -y necesarios- controles sanitarios. Al parecer, el interventor sanitario de los Frigoríficos Urgel, donde se depositabala carne, había firmado los suficientes talonarios de guías sanitarias en blanco para que hayan podido salir al mercado miles de toneladas de carne de reses muertas por peste porcina.Nuestro asombro será compartido, suponemos, por millones de españoles. El atentado a la salud de la población es de tal calibre que el ciudadano está adquiriendo conciencia de encontrarse inmerso en un mar de peligros, amenazado constantemente por alimentos tóxicos que, además, paga a precios muy altos. El asunto del síndrome, tóxico ha sembrado el pánico en toda España; el de la carne de Lérida acentúa, si cabe, esta sensa ción de inseguridad y produce un desánimo muy difícil de superar. ¿Dónde está la inspección, dónde la eficacia de la inspección que tanto proclaman los altos cargos del Ministerio de Sanidad y demás ministerios responsables? ¿Cómo puede un organismo como la Co misaría de Abastecimientos y Transportes verse sorprendida y no conocer sus dirigentes que millones de kilos de carne de su competencia estaban siendo depositados en los frigoríficos citados y sacados a la venta sin garantía alguna? ( ... )
, 6 de septiembre
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