Beguin trata de sentar, en Washington, las bases de una nueva política con EE UU en Oriente Próximo
El primer ministro de Israel, Menájem Beguin, iniciará mañana dos días de conversaciones con el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, para definir el futuro de las relaciones entre Washington y Tel Aviv, parcialmente enturbiadas tras los ataques de Israel a Irak y Libano y por el proyecto norteamericano de venta de material militar a Arabia Saudí.
Beguin permanecerá durante diez días en EE UU, al frente de una importante delegación, en la que figuran los ministros de Asuntos Exteriores, Yitzhak Shamir; Defensa, Ariel Sharon, e Interior, Yosef Burg. El primer ministro israelí espera que en sus entrevistas con el presidente Reagan se llegue a un acuerdo para incrementar la ayuda militar y financiera a Israel y, sobre todo, a la elaboración de un "memorándum de entente estratégica" entre Estados Unidos e Israel, visto "el interés de ambos países en la lucha contra la expansión soviética en Oriente Próximo". Horas antes de la llegada de Beguin a Estados Unidos, el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, dio el tono M ambiente en que se desarrollarán las conversaciones de Beguin en Washington. Cooperación total, en lo político y en lo militar, entre EE UU e Israel, de acuerdo con los intereses de defensa global norteamericana en la zona.
Relaciones estratégicas
En una entrevista al diario The New York Times, Haig definió un programa de cooperación militar entre EE UU e Israel, con participación conjunta en maniobras, utilización de facilidades en Israel para eventuales operaciones de las tropas norteamericanas de la Fuerza de Rápido Despliegue y compensaciones para Israel con acceso a informaciones estratégicas captadas por satélites de vigilancia estadounidenses. "No hablo de un tratado o de un acuerdo, pero sí de cooperación práctica que contribuya a la seguridad en la zona", dijo Alexander Haig, definiendo al nuevo tipo de relaciones entre EE UU e Israel como "relaciones estratégicas".
Cada parte encuentra aspectos positivos en la nueva doctrina surgida a raíz de la visita de Beguin a Washington. Israel refuerza su posición con apoyo norteamericano, mientras que EE UU incrementa su red de apoyo logístico en caso de conflicto en la zona del golfo Pérsico.
Las ofertas de EE UU a Israel deberían apaciguar, por otra parte, las críticas de Beguin al programa de venta de material militar estadounidense a Arabia Saudí, un programa por valor de 8.000 millones de dólares. El presidente Ronald Reagan -que recibirá en octubre al príncipe Falid de Arabia Saudí- decidió vender a Riad cinco aviones del modelo Awacs, equipados con el sofisticado sistema de vigilancia aérea de radares. También complementó el equipo bélico para los cazambombarderos F-15 del Ejército del Aire saudí.
La decisión de Reagan, pendiente de la aprobación del Congreso norteamericano, fue calificada de "peligrosa para la seguridad de Israel" por parte de Menájem Beguín, nada más descender del avión que el pasado domingo le llevó de Tel Aviv a Nueva York.
Beguin deberá borrar, por otra parte, el mal recuerdo que originó en medios políticos y populares norteamericanos el bombardeo -con aviones made in USA- de la central nuclear iraquí de Tammuz y de posiciones civiles en Beirut. Acciones que determinaron el embargo momentáneo del envío de nuevos aviones F-16 al Ejército israelí.
En el terreno de los acuerdos de Camp David, Washington considera como un "gesto positivo" el compromiso logrado en la última entrevista Sadat-Begin, para continuar, a partir del próximo día 23, las negociaciones para dar una solución a los 1.300.000 palestinos que viven en la franja de Gaza.
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