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La declaración franco-mexicana sobre El Salvador

( ... ) Lo que la Administración Reagan sintió amargamente fue la declaración de Francia y México que reconoce los diversos y a veces opuestos grupos revolucionarios y guerrillas como una fijerza política representativa. En ambos casos, la motivación es de política interna: ambos, el presidente de Francia, Mitterrand, y el de México, López Portillo, deben jugar con el sentimiento socialista internacional y nacional.Tal vez hasta cierto punto. Pero el efecto no es menos perjudicial para la causa de la Administración norteamericana y la del Gobierno salvadoreño. La declaración franco-mexicana ataca el punto más débil de la estrategia actual de la Administración Reagan.

Una estrategia que es simple y cínica. Excluye toda clase de negociaciones con los rebeldes para una participación en el poder, lo que no han sido capaces de ganar en el campo de batalla, en palabras de Thomas O. Enders, subsecretario de Estado para Asuntos Internacionales.

Tampoco se apoya esa estrategia en una victoria militar total de la Junta salvadoreña. Cuenta con las elecciones previstas en el mes de marzo para elegir una nueva Asamblea Constituyente y un nuevo Gobierno ( ... ), a los revolucionarios se les exigiría que renunciasen a la violencia, es decir, que abandonen su único instrumento de influencia ( ... ). Bajo el control de los militares el único resultado tolerable para la oligarquía será el de afirmarse en el poder.

, 4 de septiembre

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