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El presidente Calvo Sotelo ha ofrecido a Antonio Garrigues Walker una cartera ministerial

Leopoldo Calvo Sotelo ha ofrecido al presidente de los Clubes Liberales, Antonio Garrigues Walker, la entrada en el Gobierno en el marco de un próximo reajuste ministerial que podría quedar concluido al término de las elecciones autonómicas gallegas, previstas para el día 20 de octubre. Garrigues Walker, que no ha querido «ni desmentir ni confirmar» a EL PAIS esta posibilidad, parece haber aceptado la oferta y no tiene la intención de ingresar en el partido centrista.

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La crisis de Gobierno, prevista en un principio para antes del día 20 del presente mes, se retrasó con motivo del próximo debate parlamentario sobre el envenenamiento del aceite de colza, al que tendrán que asistir varios de los ministros responsables y en el que Calvo Sotelo tiene previsto participar personalmente en nombre del Gobierno.Asimismo la dimisión del ex ministro de Justicia Francisco Fernández Ordóñez podría haber provocado el nuevo retraso en el reajuste ministerial, con el que el presidente intenta imponer su política de derechización del partido, incluyendo en el Gabinete a independientes como el propioGarrigues Walker, lo que ha provocado duras críticas de los sectores suarista y socialdemócrata de UCD.

Según fuentes bien informadas, Calvo Sotelo ofreció a Antonio Garrigues Walker, el pasado lunes y ante la súbita dimisión de Fernández Ordóñez, la cartera de Justicia, lo que ha sido desmentido por fuentes de la Presidencia del Gobierno. Según éstas, Calvo Sotelo comentó, sonriendo: «No hubo ni tiempo». Antonio Garrigues Walker dijo a EL PAIS que esta afirmación «no correspondía a la realidad». Las fuentes de la Moneloa no excluyen, a Igual que el propio Antonio Garrigues Walker, la próxima presencia en el Gobierno del presidente de los Clubes Liberales.

Según algunas in informaciones, Antonio Garrigues Walker podría ocupar la vicepresidencia económica del segundo Gobierno de Calvo Sotelo, para el que se ha empezado a barajar toda una serie de nombres, entre los que figuran los de Eduardo Punset, José Lladó, Rafael Arias Salgado, Carlos Bustelo y otros independientes próximos al presidente del Gobierno. Esto, al parecer, provocó duras críticas por parte de suaristas y socialdemócratas al jefe del Ejecutivo en la reunión de los doce Máximos dirigentes de UCD celebrada el pasado martes.Pasa a

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Suaristas y socialdemócratas contestan la entrada en el Gobierno de independientes como Garrigues Walker

(Viene de primera página)EL PAIS ha podido saber que hace dos días Antonio Garrigues mantuvo una larga conversación con Fernando Abril. Por la noche cenó en un conocido restaurante madrileño con el recién nombrado ministro de la Presidencia, Matías Rodríguez Inciarte, hombre de confianza de Leopoldo Calvo Sotelo, y, durante el día de ayer, almorzó en el mismo restaurante con el actual titular de Justicia, Pío Cabanillas, para trasladarse a toda prisa al hotel Ritz, lugar en que tenía una importante cita con el dirigente de los liberales, Ignacio Camuñas.

Todo parece indicar, pues, que Leopoldo Calvo Sotelo está dispuesto a jugárselo todo a una carta en la próxima remodelación ministerial. Su operación iría encaminada a reforzar el poder de los liberales dentro del Gobierno -operación a la que no serían ajenos los consejos de Gastón Thorn durante el reciente crucero por el mar Egeo-, ya sean de fuera de UCD, como sería el caso de Antonio Garrigues, o del propio partido centrista, reforzando a Soledad Becerril, Camuñas y José Pedro Pérez-Llorca, y dando entrada en el Gabinete al que fuera ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Eduardo Punset. Los democristianos, si bien no saldrían tan beneficiados de la crisis como los liberales, obtendrían su ganancia en una operación que, a medio plazo, significaría el arrinconamiento político de sus principales enemigos ideológicos dentro de UCD: los suaristas y los sociaIdemócratas.

La fecha que se baraja para la crisis del Gobierno es la primera semana de noviembre, pasadas ya las elecciones al Parlamento de Galicia, y que servirán de referencia sobre las predilecciones políticas de los ciudadanos. Las elecciones gallegas, cuyos votantes son en mayoría conservadores, van a ser indicativas del apoyo popular al Gobierno de Calvo Sotelo, y, sobre todo, del nivel de cansancio de la gente ante las desgastadas siglas de UCD y el consiguiente avance del PSOE o del partido de Manuel Fraga.

Salida de Sancho Rof

Independientemente del momento que Calvo Sotelo considere más oportuno para cambiar parte de su Gobierno, lo cierto es que en las esferas políticas figuran y circulan ya multitud de listas de ministrables. Según las informaciones más fidedignas recogidas por EL PAIS, parece segura la salida del Ejecutivo de Jesús Sancho Rof, a quien todos los observadores ven ya quemado políticamente. Más que el tema en sí del envenenamiento del aceite de colza, que también afecta a los ministerlos de Economía y Comercio, Hacienda, Agricuitura e Industria, lo que parece que ha precipitado la casi segura salida de Sancho Rof han sido sus desafortunadas declaraciones desde que se inició la larga lista de muertos por la mezcla ilegal. Como se recordará, Sancho Rof se estrenó en el tema con su peculiar teoría del «bichito que si se cae al suelo se mata», o aquella otra de «sabemos el nombre del virus, pero no sus apellidos», o la última relación entre el aceite y las sartenes empleadas para freírlo, teoría tanto más insólita cuanto que el descubrimiento del aceite envenenado se hizo precisametne a raíz del suministro de una madre a su bebé de una cucharada de aceite crudo en las papillas. La decisión de marcharse a Galicia de vacaciones, en pleno proceso de fallecimientos por esta causa, ha contribuido igualmente al crecimiento de la impopularidad de Sancho Rof.

En principio, la primera incógnita que plantearía la entrada de Garrigues a la vicepresidencia económica es la situación en que quedaría el único socialdemócrata que permanece ahora en el Gobierno -precisamente en el puesto al que aspira Garrigues-, Juan Antonio García Díez. Según impresiones recogidas por EL PAIS, García Díez se encuentra en estos momentos «muy desmoralizado», en primer lugar, porque se da cuenta de que va a salir del Gobierno con los de la colza, y después, porque interpreta, al igual que otros socialdemócratas, que los últimos movimientos políticos realizados por Calvo Sotelo conducen inevitablemente hacia la derechización de UCD. En el equipo económico podría incluirse el actual embajador en Washington, José Lladó.

lgacio Bayón (ministro de Industria), Alberto Ollart (Defensa), Jaime García Añoveros (Hacienda) y Juan José Rosón (Interior) son otros de los nombres que suenan para ser excluidos del Gabinete o trasladados a otra cartera, pero, de momento, esta información tiene la misma credibilidad que otras muchas similares que circulan en plena campaña de intoxicaciones, entre ellas, la que apunta a la creación de dos vicepresidencias: una económica, en la que se mantendría Juan Antonio García Diez para frenar el descontento socialdemócrata, y otra política, detentada por José Pedro Pérez-Llorca, y con Antonio Garrigues como titular de Asuntos Exteriores.

Mientras los acontecimientos políticos tratan de despejar incógnitas del Gobierno, en UCD se intenta, a la desesperada, poner orden en su interior y evitar una crisis de envergadura de la que suaristas y socialdemócratas critican la entrada de un indpendiente en el Gobierno.

La reunión que mantuvieron el pasado martes en Madrid los doce máximos dirigentes centristas terminó, como ya viene siendo habitual, sin ningún tipo de acuerdo y con las tensiones aún más acrecentadas. La reunión, que se inició con el fantasma de Francisco Fernández Ordóñez (dimitido el día anterior) sobrevolando en la sala, alcanzó su momento cumbre cuando el democristiano Oscar Alzaga propuso que se debatiera el tema de quiénes van a integrar la comisión encargada de confeccionar las listas de las próximas elecciones generales. Alzaga sacó este tema a colación no porque esté prevista la celebración de unos nuevos comicios a corto plazo, sino porque esa es la única manera de saber cómo se va a efectuar el reparto de poder en el seno de UCD, que es, a fin de cuentas, la verdadera batalla de fondo.

La propuesta de Alzaga

Ante la sorpresa general, Oscar Alzaga hizo saltar a más de uno de sus asientos al declarar: «Propongo que sea el propio presidente del Gobierno quien elija a las personas que han de integrar esta comisión electoral». Fernando Abril y Adolfo Suárez saltaron entonces como si hubieran recibido una descarga eléctrica: «No lo toleramos, no lo toleramos bajo ningún concepto», dijeron. «Eso significa saltarse a la torera los acuerdos del congreso de Palma de Mallorca».

Efectivamente, el argumento de los suaristas es correcto en tanto el congreso centrista aprobó la composición de un comité ejecutivo y de un reglamento para configurar la composición de la comisión electoral nacional, según este reglamento, las listas electorales tienen que ser propuestas por los comités provinciales (controlados por Adolfo Suárez en su mayoría) y ratificadas o alteradas por una comisión integrada por cinco personas: el presidente del partido, el secretario general del partido y tres personas elegidas entre el comité ejecutivo, también de mayoría suarista. Así las cosas, Calvo Sotelo se ve obligado a repartir el poder en un partilo que controla su principal oponente en el interior del partido, el ex presidente Suárez.

Sin embargo, tales argumentos no parecen convencer a los democristianos, quienes contestan que, para aplicar el reglamento, no hace ninguna falta crear comisiones de salvamiento ni hablar de conciliación e integración. El presidente del Gobierno observó en silencio la arisca lucha que unos y otros sostuvieron durante más de una hora.

Así las cosas, y, con la amenaza de los representantes de los críticos (Oscar Alzaga por parte de los democristianos e Ignacio Camuñas por los liberales) de no volver a asistir a ninguna de las reuniones supuestamente convocadas para conciliar tendencias, ayer, a las ocho de la tarde, Rodolfo Martín Villa, Oscar Alzaga, Ignacio Camuñas, Rafael Arias y Agustín Rodríguez Sahagún se reunieron con toda discreción en la sede centrista de la calle de Arlabán. Rafael Arias presentó una propuesta de negociación en la que parece ser que se intentaba mantener el actual poder, composición y funciones del comité ejecutivo, por lo que es bastante improbable que se haya obtenido algún acuerdo. Lo que los críticos exigen es que se busque la fórmula que permita volver al equilibrio de fuerzas que imperaba en UCD antes del congreso de Palma, fórmula que -según ellos- podría obtenerse dotando de un mayor poder al consejo político, donde el sector crítico también se halla en minoría, pero en el que, al menos, su presencia alcanza el 15% del total.

Por último, el presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún, a la vista de las dificultades del partido, ha hecho un llamamiento a la serenidad y a la discreción respecto a los asuntos tratados en estas reuniones, recordando que el contenido de éstas es secreto, según informa Efe de fuentes solventes.

Sahagún denunció la existencia de filtraciones a la Prensa de lo tratado en las reuniones del comité, como ocurrió con la sesión anterior a la del pasado jueves, en la que se trató sobre la OTAN, de la que, posteriormente, fueron conocidos algunos pormenores.

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