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La seguridad y la riqueza de Namibia, objetivos de la intervención surafricana en Angola

Los bantúes ocupaban Namibia cuando desembarcaron los europeos en el siglo XVIII. Colonizado en un principio por el Reino Unido, en 1892 el país pasó a ser controlado por los alemanes y, al iniciarse la primera guerra mundial, fue dominado por los surafricanos. En 1920 la Sociedad de Naciones confió la administración del país a la Unión Surafricana que se anexionó pura y simplemente el territorio exportando el apartheid, los bantustanes y los métodos racistas. Namibia tiene una extensión de 824.292 kilómetros cuadrados y casi un millón de habitantes.

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A pesar de las diversas resoluciones condenatorias de la política surafricana y de la fuerza creciente de la SWAPO (Organización del Pueblo del Suroeste Africano), Namibia permanece unida a Suráfrica. Las autoridades de Pretoria temen que la índependencia del país, y la consiguiente instalación de un Gobierno SWAPO en Windhoek, haga que los comandos del Congreso Nacional Africano (ANC, una organización anti apartheid prohibida en 1960) cuenten con un santuario desde el que dar golpes de mano contra Suráfrica. Este es uno de los motivos de la operación militar lanzada el 22 de agosto pasado por las tropas surafricanas. Los observadores subrayan, además, que los intentos para desmantelar militarmente a la SWAPO van acompañados de esfuerzos para hacer reconocer ínternacionalmente los partidos del interior y en particular la DTA (Democratic Turnhalle Alliance) multirracial de Dirk Mudge.

Pero el interés de Pretoria no se limita sólo al aspecto político-militar de Namibia, sino que se amplía a la renta de producción.

Namibia tiene una superficie vez y media mayor que la de España, y una densidad de población de 1 habitante por kilómetro cuadrado. Su fuente de riqueza fundamental es la minería, que le hace ser el primer país del mundo en cuanto al porcentaje de PNB de origen mineral (excepción hecha de los países productores de petróleo), con alrededor de un 60%.

Namibia es el cuarto productor mundial de este mineral.

La otra riqueza de Namibia son los diamantes, de los que es el sexto productor mundial y que en 1979 representaron casi el 40% del PNB del territorio.

El clima del país es semidesértico, con una media de 250 mm de lluvia anuales (España alcanza los 600 mm), además de contar con dos desiertos, el de Kalahari, en el sureste, y el de Namib, que bordea el litoral atlántico.

En Namibia las tierras cultivadas no representan más que el 1% de la superficie total y el primer cultivo, por superficie ocupada, es el mijo. La agricultura ocupa a la mitad de la población activa y apenas supone el 20% del PNB.

Namibia es un país rico gracias a sus recursos minerales, pero su riqueza está en manos de blancos de origen alemán. La relacíón económica entre Namibia y Suráfrica es muy estrecha, y la moneda na cional es el rand surafricano.

Todos los analistas están de acuerdo en estimar que el electo rado afrikaner del Partido Nacional (en el poder en Africa del Sur desde 1948) no perdonaría jamás que Pretoria abandonase a los 90.000 primos blancos namibianos (en una población total de un míllón de habitantes). Botha no puede dejar de tener en cuenta este factor en un momento en que ha perdido cerca de un 30% de su electorado tradicional.

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