El ingreso de España en la OTAN

El procedimiento de integración de España en la OTAN acaba de ser puesto en marcha. Después del Consejo de Ministros del 20 de agosto, el Gobierno de Madrid va a consultar al Consejo de Estado y someterá al Parlamento un proyecto de ley que será debatido tras la reanudación de la actividad parlamentaria, en septiembre. La decisión, tomada por mayoría simple, no es en absoluto dudosa.Los socialistas y los comunistas no han ocultado nunca su hostilidad, y han solicitado que un cambio tan importante sea sometido a referéndum, o que al menos sea requerida una mayoría especial en las Cortes. La opinión pública es tradicionalmente sensible a las tesis neutralistas que defendían a la vez el franquismo y la oposición de izquierda. Pero los socialistas, aun que han anunciado que con una mayoría suficiente en las eleccio nes de 1983 retirarían a España de la OTAN, reconocen que tal medi da sería difícilmente realizable. El Gobierno de Madrid pretende una adhesión completa a la OTAN, es decir, a la vez a.los organismos políticos y militares. Pero pedirá que ningún armamento nuclear sea fabricado o instalado sobre el territorio español, cornprendidas las cuatro bases americanas, restricción particularmente grave para la base de Rota, situada cerca de Cádiz, habilitada para recibir submarinos equipados con ojivas nucleares. Como consecuencia de la integración completa de España al mundo occidental, esta adhesión a la OTAN pondrá fin al mano a mano desigual con Washington en el terreno militar. A la vez, va a implicar a España, hasta ahora al margen de los conflictos mundiales, en todo enfrentamiento Este-Oeste. Para la URSS, esta medida modificará el equilibrio de fuerzas en Europa.

,Qué influencia tendrá sobre el Ejército la integración en la OTAN? De parte del Gobierno parece estoarse que, saliendo de su gueto y entablando contacto con las fuerzas militares de los países vecinos, los sectores militares más abiertos a la democracia se verán reforzados. Los opositores invocan los precedentes de Grecia y Turquía y recuerdan que después de la tentativa de golpe del 23 de febrero la reacción del Departamento de Estado ("un asunto interior" decía Alexander Haig) mostraba que Estados Unidos, si apoya hoy el sistema democrático, se acomodaría sin demasiadas dificultades a un rágimen que lo sería menos. En cuanto a los medios militares occidentales, reconocen que la adhesión de España presentaría un interés real por el hecho de la posición estratégica de este país en el flanco suroccidental de Europa (además de la utilización de las Canarias), pero no, aportaría apenas ventajas en lo que concierne a la colaboración de los ejércitos. Más avanzadas técnicamente, la Marina y la Aviación pueden integrarse sin, problemas. Pero el Ejército de Tierra, tradicionalmente entrenado para combatir al enemigo interior, con los problemas de exceso.de número y de la media de edad elevada de numerosos oficiales mantenidos en activo por razones políticas, no sería apenas operacional a nivel internacional.

Las repercusiones de la! transformaciones, convertidas así en necesarias, precipitarán, sin duda, cambios de estructura que el peso de las herencias y el respeto de losequilibrios políticos hasta ahora han obstaculizado o ralentizado.

22 de agosto