Un incendio destruye la Galería de Arte Moderno de Lisboa

Un violento incendio destruyó ayer totalmente la Galería de Arte Moderno de Lisboa. Los bomberos tardaron cerca de dos horas en dominar el siniestro, que parece haber sido provocado por una explosión, tal vez de una bombona de gas, ocurrida en un local contiguo, donde funciona una exposición permanente de artesanía.Las primeras noticias del incendio han provocado una profunda emoción en los medios artísticos y culturales portugueses. Ya la radio llegó a anunciar la destrucción de la mayor parte del tesoro de la Secretaría de Estado de Cultura. Con ella habría desaparecido la segunda mayor colección portuguesa de pintura de los últimos cincuenta años, con obras fundamentales de grandes artistas lusos, como Almada Negreiros y Helena Vieira da Silva.

A pesar de la confusión que se apoderó de los medios oficiales, parece cierto que la valiosa colección no se encontraba en el local, como tampoco las obras que fueron expuestas hasta el 31 de julio y provenientes de la Bienal de París.

En cambio, habrán sido casi totalmente destruidas las obras reunidas para la exposición LIS 81 que debía abrir al público a finales del corriente mes. Se trata de 285 dibujos de 187 artistas portugueses y extranjeros, representativos de todas las tendencias del dibujo contemporáneo. Entre los artistas seleccionados figuraba el catalán Francesc Torres.

Las únicas obras que han conseguido escapar a las llamas son aquellas que pudieron ser rescatadas del edificio durante el incendio por encontrarse todavía dentro de las cajas en que llegaron.

La Galería de Arte Moderno funcionaba en un edificio que no ofrecía condiciones mínimas de seguridad, en la zona histórica de la capital portuguesa comprendida entre el monasterio de los Jerónimos y la torre de Belem. La Secretaría de Estado de Cultura estaba ultimando los trámites para la instalación en la ciudad de Oporto de un museo de arte moderno que permita la exposición pública de su valiosa colección de pintura contemporánea.

Es el tercer accidente de este tipo que destruye en lo que va de año partes importantes del patrimonio cultural portugués. Los siniestros anteriores ocurrieron en la Cinemateca Nacional y en el Archivo Histórico de la Procuraduría General de la República.