La Generalidad emprende la recogida de Aceites Valencia

Aceites de las marcas Serranía, La Pista y Fantastic, elaborados por la empresa Aceites Valencia, empezaron a recogerse ayer en diversas zonas de Cataluña. La orden de inmovilizar el aceite fue cursada anteayer por la Dirección General de Promoción de la Salud de la Generalidad, tras conocerse el resultado de los análisis practicados en diversas muestras recogidas anteriormente.Según la Generalidad, los análisis han evidenciado la presencia de colorante artificial y anilinas en la marca Serranía, mientras que en las marcas La Pista y Fantastic da positivo el contenido de aminas aromáticas. Las citadas sustancias químicas no están autorizadas, debido a que pueden ser potencialmente nocivas para la salud. Sabadell y Reus son dos de las ciudades en donde se procedió ayer al control e inmovilización de aceite de las citadas marcas, según informaron fuentes municipales.

El director general de Promoción de la Salud de la Generalidad, en declaraciones efectuadas ayer, señaló que la inmovilización de dicho aceite no presuponía la toxicidad del mismo. «Se trata de aceites irregulares, defectuosos», señaló, «que contravienen lo esencial, y es que el aceite sólo debe contener aceite y nada más. La toxicidad se determinará. luego ».

Cinco detenidos en Cataluña

Por otra parte, hasta la fecha ha trascendido que se encuentran detenidos por el fraude del aceite un total de cinco personas en Cataluña. Tres de ellas permanecen en la cárcel Modelo de Barcelona -Jorge Pich, Florencio Feijoo y Miguel Par Balcells-, y otras dos, industriales de Reus, en la cárcel de Tarragona, Enrique Salomó y Ramón Alabart.

En relación a la implicación de Enrique Salomó en el fraude del aceite, fuentes del sector aceitero y de la abogacía de Reus manifestaron a este diario desconocer las acusaciones concretas contra el citado industrial, cliente de RAPSA, otra de las empresas implicadas. Las fuentes pusieron de manifiesto la personalidad de Salomó como una persona «que despertaba curiosidad por los variados negocios que había emprendido». También señalaron la dudosa impresión que causó en la ciudad el incendio que destruyó las instalaciones en donde guardaba el aceite. Salomó habría recibido en concepto de seguros una cantidad de dinero que rondaba los cincuenta millones de pesetas, una de las mayores pagadas por un siniestro de este tipo.