El obispo, Susana Estrada y Martín Vigil
La pastoral del obispo de Orense sobre el mano a mano televisivo entre Susana Estrada y Martín Vigil ha sido, a mi juicio, graveniente injuriosa y me parece un buen motivo para decir con franqueza algunas cosas muy actuales, ahora que han pasado días y hay mejor perspectiva y serenidad.Aunque representante ariístico de la señorita Estrada, escribo a título personal y como un sirriple ciudadano. Supongo que el resultado de la encuesta hecha al efecto (la mitad de la audiencia a favor del programa, una cuarta parte en contra y otra cuarta parte indiferente) no habrá hecho reflexionar al señor obispo en su inadecuada cólera. Con una sólida formación cultural y religiosa, le digo al señor obispo que, con todo respeto a la moral católica, ésta ya no puede imponerla por la fuerza, como hasta ahora, ni tampoco con el improperio y el escándalo, como pretende.
Somos inmensa mayoría, ya demostrada, quienes rechazamos de plano al Dios colérico que recrea el obispo, así como su autoridad apocalíptica sobre todos los ciudadanos. Que entienda de una vez que sólo tiene derecho a dirigirse a sus feligreses, y eso con corrección y respeto, y que en la sociedad laica, e irreversible, usted es un ciudadano más; que opine, pero no insulte, que no llame depravados a quienes piensan de otro modo y que no olvide que todos los humanos nos revolcamos en muchos fangos; que haga oír su voz para cosas más trascendentales, si quiere, pero siempre recordando que la bota no está ya en nuestros
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pescuezos y que es un ciudadano más, igual que Susana Estrada o Martín Vigil, y que si disiente de ellos debería hacerlo con el mismo respeto y educación que ellos utilizaron para exponer sus ideas.
Y rechazo de plano, por último, sus palabras de que eso pudo ocurrir con el pretexto del regalo de la libertad que se nos ha hecho. Eso define al señor obispo. La libertad la hemos conquistado con mucho sudor y mucha sangre y no es un regalo ni un pretexto, sino un derecho, por lo visto muy difícil de ejercer, y que la Iglesia colérica que el senor obispo de Orense encarna no se ha distinguido nunca por apoyar./
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