Los viejos perdedores
La película comienza con la destrucción de un viejo edificio que debe dar paso a otro más nuevo y más útil. Atlantic City USA es una ciudad en plena transformación: quienes no se adapten a la nueva vida que impone deben quedar reducidos a sus silencios, a su monotonía mediocre.Entre ellos, un viejo y falso gangster mendiga la oportunidad de un acto heroico que ponga de acuerdo sus deformados recuerdos con la realidad. Perdedor nato, anónimo protagonista de historietas sórdidas y vulgares, no tiene más posibilidad que adoptar el pasado a su gusto, ya que el futuro se le niega: «Ni el Atlántico es ya lo que era», dice, convencido de que sus palabras son oídas sin discusión por la gente joven que le utiliza.
Atlantic City USA
Director: Louis Malle. Guión: John Guare. Música: Miguel Legand Intérpretes: Burt Lancaster, Susan Sarandon, Michel Piccoli, Hollis McLaren y Kate Reid. Norteamericana, 1980. Drama policiaco. Locales de estreno: Amaya y Bahía.
El perdedor es un personaje literario habitual en el último cine americano. Floreció en los decorados del viejo Oeste como consecuencia del envejecimiento de los actores que habían interpretado a los insuperables héroes de antaño y como consecuencia también del envejecimiento de guionistas y directores. Se creó una nueva estética que fue muy bien recibida por los jóvenes críticos europeos que, con ella, tenían la mitología del cine americano mucho más cerca, más comprensible.
Louis Malle fue uno de esos jóvenes admiradores; al cabo del tiempo, su éxito profesional le ha llevado a Estados Unidos donde tiene oportunidad de conectar con el cine que admiró, con los actores que le fascinaron. Su cine americano, sin embargo, no es mimético. Malle sabe distanciarse de él con inteligencia y creatividad. Lógico es, sin embargo, que sus referencias a un país y a unas situaciones que no conoció directamente se hagan «literarias». Los personajes de Atlantic City USA tienen, en ocasiones, unos brochazos burdos que simplifican su complejidad. Son, no obstante, las sumisiones de un género que Malle abraza con devoción, aunque, por otra parte, la visión distanciada de un europeo que entiende que, en definitiva, los problemas de sus personajes no son exclusivos de aquel país, aunque tengan en él connotaciones muy precisas. Los perdedores no pueden ya dejar de serlo, por mucho que alguna anécdota pasajera les transforme en justicieros legendarios. Su mundo se derrumba como el de esa ciudad en transformación, limitándose a sus pequeños reductos, a las pequeñas ambiciones de la supervivencia. La visión de Malle es universal, como era también, salvando las distancias que se quiera, la del maestro John Huston en su espléndida Fat City.
Atlantic City USA se refiere al género de acción para desmontarlo desde dentro. Aplica unas fórmulas narrativas (ligeramente deformadas por el cine europeo) que no se hacen protagonistas, sino que van dejando paso a las vicisitudes de los personajes. Con sensibilidad y brío, Louis Malle construye un espectáculo que deja tras de sí la emoción de haber tratado de seres humanos. A ello, lógicamente, colabora la excelente interpretación de Burt Lancaster, que asume su decadencia física con el talento de un buen actor.
Babelia
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