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LA LIDIALAS VENTAS

La escuela de lo que hay

Estábamos de obligación, con los cabales, los japoneses, la música y acá, para ver pases. Si faltaban los picadores la fiesta se quedaba, tenía que quedarse, horror, en los pases. Y sin esperanza, porque los principiantes aprenden en la escuela de lo que hay, y por esta razón a casi todos se les veía el Manzanares que llevan dentro.Pues resulta que Manzanares ha hecho escuela. Tanto le han llamado el lino torero alicantino, que todos quieren ser finos toreros alicantinos. Para lo cual se ponen de costadillo, atrás la pierna que deberían echar adelante, se tumban, alargan el brazo, etcétera.

La excepción fue un bajito aprendiz, llamado Jesús Monedero, que salió con otra concepción del toreo, más auténtica; ganaba terreno en las dobladas, cargaba la suerte, ligaba, hacía del molinete pinturera suerte de recurso, como debe ser; improvisaba. Y además con el capote. después de ceñirse (más o menos) en las verónicas, resucitó los lances de tijerilla o a lo chatre, que pertenecen a la vieja tauromaquia, esa que no conocen ni los matadores de alternativa. Tampoco el fino torero alicantino que ha hecho escuela, por supuesto. He aquí, en la tijerilla (pudo haber sido otra suerte) el apunte de lo rico que es el repertorio de lances. el cual permanece en el olvido. para ruina de la fiesta.

Plaza de Las Ventas

8 de agosto. Novillos de Celia y Antonio Sánchez, escasos de presencia, flojos. Gerardo Roa: pinchazo, media atravesada, rueda de peones. descabello. aviso y otro descabello (algunas palmas). Sevillano: siempre perdiendo la muleta, tres pinchazos y estocada caída (vuelta). Julián Baeza: dos pinchazos, estocada atravesada y seis descabellos (silencio). Salamanca: estocada corta (palmas con algunos pitos cuando saluda). Jesús Monedero: pinchazo. estocada baja tendida, rueda de peones y descabello (vuelta). José Lozano: bajonazo que asoma (vuelta por su cuenta).

De los demás espadas, ninguno estuvo mal, como tampoco bien. Pegaban pases. Unos más cadenciosos que otros, según permitieran los becerros., que no tenían presencia para esta plaza, ni fuerza algunos, y dos debieron volver al corral por inválidos. La experiencia de la promoción, planteada de esta forma, choca con la categoría del coso, con el tamaño del ruedo, con el gusto de los aficionados, con la costumbre de asistir a más serios y emocionantes empeños. Y ya es mucho chocar.

Gerardo Roa, muy voluntarioso. prolongó demasiado su faena. A Sevillano le vimos buenas verónicas por el lado izquierdo (por el derecho, codillea) y un interesante repertorio de muleta, donde cabían trincherazos y pases de la firma. Baeza, que se inhibió con el capote, estuvo bailarín con la muleta. Al Salamanca le correspondió un animalito absolutamente inválido, al que no podía ni mirar sin que se le cayera. A Lozano, una res de genio, con la que no pudo, según es lógico en un principiante.

Echábamos de menos toro y picadores. Y también toreo, por supuesto, pero es disculpable que no lo hubiera, pues se ahoga en los angostos límites de la escuela de lo que hay. Quizá mejore el panorama cuando los maestros que reaparecen reaviven la suya, que esa sí es amplia y es buena.

Corrida de toros esta tarde

El Puno, Manill y José Luis Palomar lidian esta tarde en Las Ventas toros de Martínez Benavides. La corrida tiene interés, porque los tres espadas han tenido últimamente prometedores actuaciones. Destaca la de José Luis Palomar hace pocas semanas en este mismo ruedo, donde redondeó una importante tarde.

La ganadería de Martínez Benavides es la que formó Pedro Gandarias, llamada Castillo de Higares, en 1946. Posteriormente, añadió vacas y un semental de José Escobar y otro de Antonio Urquijo. En 1965, adquirió la ganadería su actual propietario, quien varió el hierro. Está ubicada en Posadas (Córdoba).

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