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Los truenos y el paso del tren deslucieron el primer día de los festivales de Olite (Navarra)

A pesar de las dificultades, el certamen se perfila como un acontecimiento internacional

Los festivales de Olite (Navarra), que se iniciaron en la noche del pasado sábado con la interpretación de la Misa de réquiem, de Giuseppe Verdi, por el Orfeón Pamplonés y la Orquesta Filarmónica de Kosice (Checoslovaquia), deben ser festivales de participación y no de prestigio, según consideran sus promotores. Los organizadores. la Institución Príncipe de Viana, dependiente de la Diputación Foral de Navarra, pretenden convertir a Olite en una de las primeras muestras mundiales en las que pueda participar toda persona interesada en la música, el ballet o el teatro.

El comienzo de los primeros festivales de Olite, el pasado sábado, no fue demasiado afortunado. La afluencia de público, en primer lugar, desbordó todas las previsiones más optimistas. La organización había preparado un escenario junto a la parte posterior del castillo de Olite, así como unas gradas con capacidad para 3.000 personas. A la hora de comenzar el concierto, alrededor de 5.000 personas se habían introducido en el recinto, y unos sentados en las localidades y otros por el suelo, en las esquinas del escenario o en el andamiaje de las gradas, abarrotaban por completo el recinto.Unos minutos después de la hora prevista, a las diez de la noche, daban comienzo los festivales. Las condiciones meteorológicas presagiaban que la primera sesión podía finalizar por la vía rápida, ya que se oían truenos constantemente y el viento avisaba de la inminencia de una tormenta. Sin embargo, el concierto comenzó y cuando apenas había transcurrido el primer minuto, el público comprendió los problemas de un escenario al aire libre: un tren, a su paso por Olite, dejó oír su bocina con tanta claridad que ahogó el sonid.o de la Orquesta Filarmónica de Kosice, hasta el punto que su director, Bystrik Rezucha, suspendió la interpretación de la Misa de réquiem hasta que pasara.

Los problemas no quedaron ahí, ya que los continuos truenos a veces apagaban el sonido de la Orquesta y el Orfeón, mientras los espectadores se preparaban para hacer frente a la lluvia. En el Dies irae, el ambiente -continuos truenos- contribuyó a formar parte de la atmósfera de terror que las voces del Orfeón Pamplonés expresan en esta parte de la Misa de réquiem, hasta el punto de que se desató una gran tormenta de lluvia, con aparato eléctrico, que obligó a suspender momentáneamente el concierto. Por desgracia, el tiempo no amainó y la primera sesión de los festivales de Olite se suspendió definitivamente. Sin embargo, el domingo, y con más de 5.000 personas como espectadores, la Orquesta de Kosice y el Orfeón Pamplonés obtuvieron un resonante triunfo interpretandola Novena sinfonía en re menor, de Ludwig van Beethoven.

Animación en la calle

La participación popular que los organizadores pretenden en estos festivales se plasma, en cierta niedida, en la calle. Durante este mes, Olite, que cuenta con una población de algo más de 3.000 personas, está en la calle participando, junto a las personas que llevan desde todos los puntos de Navarra y de otras provincias próximas, en los espectáculos callejeros.Durante todo el mes de agosto, en el castillo está abierta una exposición de trajes típicos españoles, así como otra de alfarería popular e instrumentos antiguos. El cantante Ismael. (a quien en Olite han bautizado como cuarto kilo, por su extraordinaria delgadez) ofrece recitales de música popular de los siglos XVI y XVII, en las almenas del castillo, a todos los visitantes. Y en la calle actúan grupos de chistularis, dantzaris, joteros, fanfarres, grupos de teatro animación, etcétera.

El ballet de Karmen Larumbe, de Bruselas, está impartiendo durante estos días, a todas las .personas que se hayan desplazado a Olite, clases gratuitas de baile clásico, contemporáneo y jazz. El martes tenía 226 alumnos de distintos puntos de Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya y Zaragoza. El castillo de Olite, durabte el pasado fin de semana, fue visitado por 6.500 personas, según informó a EL PAÍS el encargado,

Alrededor de quinientas personas están trabajando, día a día, en la puesta en marcha de todas las actividades del festival. «El pueblo entero de Olite», comenta Valentín Redín, de la Institución Príncipe de Viana, «se ha volcado con los festivales». «¿Por qué hemos elegido Olite como marco de unos festivales" De la misma manera que en Granada está el Generalife, en Santander la plaza Porticada o en Aviñón el palacio de los Papas, aquí había que buscar un marco adecuado y decidimos que fuera el castillo de Olite.

El castillo de Olite, que fue construido en sucesivas etapas, parece sacado de un cuento de Walt Disney. Esta fastuosa construcción (que, en opinión de Sarthou Carreres, es uno de los castillo-palacios más notables de Europa) fue residencia de verano de los reyes de Navarra, y en su construcción participaron los mejores arquitectos europeos del momento.

El principal problema de la Institución Príncipe de Viana para poner el festival en orden de marcha ha sido la lentitud de la Administración foral para autorizar el presupuesto definitivo, que este año supera los quince millones de pesetas. «Este ha sido el principal problema con el que nos hemos encontrado», asegura a EL PAÍS Valentín Redin. «Resulta que no tienes festival si no cuentas con el visto bueno de la Diputación Foral, pero tampoco puedes contratar a ninguna figura sin antes tener la autorización de la Administración. Es una pescadilla que se muerde la cola y que para futuras ediciones esperamos solucionar».

Los festivales, que se celebran todos los Enes de semana del mes de agosto. finalizan el día 30. El próximo fin de semana, el ballet-teatro de la compañía Joseph Rusillo, de París, pondrá en escena tres obras. El festival de jazz será el día 14 con la actuación del cuarteto de Kai Windin.Los días 15 y 16 intervendrán el ballet folklórico nacional de Checoslovaquia, Lucnica, mientras que la Orquesta de Cámara de Zilina y la Coral de Cámara de Bratislava, con obras de Dvorak, Bach y Mozart, lo harán el día 22. Está previsto que el día 23 haya un festival de rock a cargo de un grupo norteamericano y otro español, mientras que la última actuación de los festivales será el estreno, los días 29 y 30, de Medea, de Sófocles y Eurípides, por la compañía de teatro de Nuria Espert, en versión de Juan Germán Schroeder.

Von Karajan y Pink Floyd

Con la experiencia de este año y el hecho de que la participación popular esté superando los cálculos más optimistas que habían realizado los organizadores, la Institución Príncipe de Viana piensa ya en 1982. De esta forma, la organización está considerando una programación en la que figure Plácido Domingo. La Sinfónica de Estrasburgo (para interpretar, junto con un monumental coro navarro, formado por 350 voces, el Réquiem, de Berlioz), dirigida por Herbert von Karajan; el Piccolo Teatro de Milán y el ballet de Maurice Bejart.Sin embargo, la gran atracción de los festivales de 1982 puede ser la actuación en Olite de Pink Floyd, que darían un recital de dos horas, suspendidos desde una de las almenas del castillo, en un escenario situado a cincuenta metros de altura, para que su actuación pueda ser presenciada en un amplio radio. La entrada para este recital sería gratuita (a pesar de que contratar a Pink Floyd podría costar algo más de ocho millones de pesetas) y los organizadores calculan que ese día podrían acudir a Olite más de 100.000 personas. En tutal, el presupuesto de 1982 puede ascender a treinta millones de pesetas, lo que supone el doble de la cantidad destinada este año a los festivales.

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