El tercer centenario de la muerte de Calderón ha concentrado los esfuerzos de los investigadores
El catedrático José Alcalá Zamora y Queipo de Llano ha pedido en Santander una educación más humanística y una política cultural y académica más atenta a los valores culturales, para que las nuevas generaciones «tengan interés sobre quién es no sólo nuestro mayor dramaturgo, sino una de nuestras figuras más universales». Alcalá Zamora, que pronunció la primera conferencia del curso Calderón y su época, de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, destacó la ascendencia santanderina del dramaturgo y el hecho de que, en este tercer centenario de su muerte, historiadores y estudiosos de la literatura, «especialistas que han desconectado sus esfuerzos demasiado en los últimos años», se aproximaran en coloquios interdisciplinares.
Al hablar del panorama del siglo de Calderón (1600-1681) en Europa, Alcalá Zamora lo definió en crisis y transformación profunda, «camino del mundo actual». Entrando en el título de su conferencia, Integración y estratificación de la sociedad barroca de Calderón, afirmó que «la ciudad de la vida calderoniana se constituye paralelamente a la historia de Europa y España».Leonardo Romero Tovar, de la Universidad de Zaragoza, habló de Calderón en la literatura del siglo XIX, cuando las manifestaciones públicas en favor del autor de El alcalde de Zalamea eran un rasgo constante en la vida literaria. «El pasado siglo», dijo, «fue otro tiempo del escritor, el tiempo de una aventura e interpretación enfervorizada e ideologizada».
Los primeros elogios del culto calderoniano vienen del romanticismo alemán, al tiempo que la crítica romántica nacional pone en movimiento dos ideas que se repiten durante todo el siglo: Calderón, poeta de la raza, y Calderón, poeta teólogo. Romero Tovar afirmaría también que las ediciones de textos calderonianos, los estudios monográficos y los artículos de divulgación reiteran, a pesar de su entusiasmo y de la considerable cantidad de producción bibliográfica, los tópicos románticos elogiosos y las censuras dieciochescas. Después de afirmar que la crítica del pasado siglo es, en casi todos los casos, «insensible para el arte barroco», destacaría dos excepciones: Felipe- Picatoste, modernísimo en su análisis, y Marcelino Menéndez y Pelayo.
El autor trágico
De la faceta trágica de Calderón habló Francisco Ruiz Ramón, catedrático de Historia del Teatro Español de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), del que hay que destacar esta afirmación: «Desgraciadamente, a Calderón se le ha varado en el tiempo, en lugar de traerlo al nuestro, como han hecho los franceses con Racine o los ingleses con Shakespeare».De los tres tipos de tragedia calderoniana, la tragedia del honor, la tragedia sacrificial y la tragedia del error, el profesor Ruiz Ramón eligió hablar de la últimá, y, concretamente, de El mayor monstruo del mundo, o El mayor monstruo, los celos, cuyo protagonista es Herodes, el tetrarca de Jerusalén. Inscritas las acciones de Herodes, verdadero héroe trágico, en un orden temporal que no controla, aquél, aunque responsable de sus actos, terminará siendo la víctima de su propia acción. En el momento mismo en que elige hacer lo que hace, empieza a obrar lo contrario de lo que pretendía obrar.
Calderón, mediante la profundización en la pasión de Herodes por Marien, su esposa, investiga en la condición trágica de la libertad humana. Todos los personajes realizan actos libres cuyos efectos no pueden prever. Pero todos ellos labran su propio destino. Según eso, el profesor Ruiz Ramón afirma que «la tragedia de Herodes es, posiblemente, la más cerrada de Calderón».
La tragedia del error
Al analizar la tragedia del error, el profesor de la Universidad norteamericana de Indiana entró en la tragedia histórica sobre Enrique VII de Inglaterra titulada El cisma de Inglaterra, centrándose especialmente en los personajes del rey, del cardenal y del gracioso o bufón. De este último destacó su riquísima teatralidad, idéntica a la de los bufones de Shakespeare.Para los que encuentran en Calderón intenciones teológicas o morales, el profesor Ruiz Ramón advertiría que el autor de La vida es sueño no estuvo interesado en definir como moralista o como metafísica la idea de libertad, sino en plasmar, como dramaturgo, la libertad como conflicto existencialmente asumido por un personaje situado en una encrucijada vital en la que concurren tanto fuerzas interiores como exteriores.
Coloquio internacional en Italia
Con motivo del tercer centenario de la muerte de Pedro Calderón de la Barca se celebrará en L'Aquila (Italia), capital de la región de Abruzos, un coloquio internacional sobre Calderón. informa Efe.El coloquio, que tendrá lugar del 16 al 19 de septiembre próximo, será, según sus organizadores, «un encuentro científico a nivel mundial dedicado a la celebración del tercer centenario de uno de los mayores dramaturgos de todos los tiempos».
Se espera la participación de un centenar de expertos internacionales de la obra de Calderón de la Barca, convocados por el Stabile de L'Aquila, en colaboración con el Instituto Español de Cultura de Roma.
Babelia
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