La tensión en Polonia amenaza con crear un conflicto a escala nacional, según el periódico soviético "Pravda"
La tensión en Polonia "amenaza con crear un conflicto a escala nacional", afirmaba ayer el matutino soviético Pravda, rompiendo así el silencio impuesto durante los últimos días sobre las protestas realizadas por los sindicalistas polacos por la falta de abastecimientos.El órgano del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) acusaba también a "algunos sectores" del sindicato independiente Solidaridad de no confiar en las resoluciones del IX Congreso (extraordinario) del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista) y de ser responsables del agravamiento de la tensión.
Pravda decía además que las manifestaciones callejeras y los rumores sobre el hambre ponían en peligro a Polonia. Pero en ningún momento el matutino soviético relacionaba las marchas de protesta con los problemas de abastecimiento.
Ciertamente, para el hombre de la calle soviético -que se nutre sólo de informaciones fragmentarias- es muy difícil llegar a comprender qué sucede en Polonia. Pero aún más difícil habría de resultarle digerir la idea de que los polacos realicen protestas públicas por la falta de productos alimenticios.
A pesar de los últimos racionamientos -tres kilos de carne por persona y mes-, los polacos pueden seguir considerándose mucho mejor alimentados que los habitantes de algunas regiones de la URSS. Hace algunas semanas se supo en Moscú que el millón de personas que reside en la ciudad rusa de Kazan -a algo menos de mil kilómetros al este de Moscú- tenía racionado el consumo de productos cárnicos a ochocientos gramos al mes.
El "mal polaco"
En cualquier caso, los problemas de abastecimiento en la URSS y en Polonia no parecen comparables. Los polacos pueden referirse siempre a tiempos mejores, mientras que en la URSS las estadísticas afirman que la dieta alimenticia de la población sigue superándose, a pesar de las múltiples molestias que crea un sistema de comercialización ineficaz, incómodo y algo absurdo.
"Si los soviéticos pudieran conocer a fondo qué sucede estos días en Polonia y no tuvieran ninguna traba para expresar sus sentimientos, su reacción sería inmediata. No hay que pensar tan siquiera en que se les ocurriera organizar también aquí marchas de protesta. Simplemente pedirían al Gobierno que cesara la ayuda económica a los polacos", afirma un veterano observador occidental en la URSS.
Efectivamente, buena parte de los soviéticos ve en los polacos una especie de parásitos dispuestos a hurgar en sus bolsillos y que además carecen por completo del infinito sentido ruso de la resignación. Sin duda alguna, esta idea -que ha sido forjada en parte por la propaganda y en parte por viejos litigios- es lo que impide cualquier posible peligro de contagio del mal polaco.
Entre tanto -y como todos los veranos-, parte de la actividad política soviética se ha desplazado al mar Negro, lugar tradicional de vacaciones del líder soviético, Leónidas Breznev.
Como suele suceder durante esta época del año, por la residencia estival del jefe del Estado soviético ha ido pasando una serie de líderes comunistas en el poder. Con Breznev ya se entrevistaron el checoslovaco Gustav Husak, el afgano Babrak Karmal, el húngaro Janos Kadar y el rumano Nicolás Ceaucescu.
Intransigencia de la RDA
El lunes fue el líder germano oriental, Erich Honecker, quien conversó con Breznev, y, según la información ofrecida de la entrevista por la agencia Tass, no faltó alguna indirecta alusión a Polonia, que viene a repetir argumentos ya utilizados abundantemente durante los últimos meses en los momentos de mayor tensión.
Ambos líderes, según la agencia oficial soviética, coincidieron en afirmar que "cualquier intento de comprometer los estrechos lazos que unen a los países hermanos quedaría expuesto a una respuesta enérgica". Breznev y Honecker. manifestaron estar "firmemente decididos a continuar consolidando las instituciones colectivas de los países socialistas: la Organización del Tratado de Varsovia y el Consejo de Asistencia Económica Mutua (CAME)".
En Moscú se recuerda cómo el líder germano oriental ha sido el más intransigente entre los dirigentes comunistas del Este respecto a la evolución de la crisis polaca.
Maniobras navales soviéticas
Entre tanto, el Departamento de Estado informó ayer que la marina soviética se dispone a realizar "un gran ejercicio de desembarco en la zona de Lituania". Sobre estas maniobras navales, que son seguidas "muy de cerca" por los norteamericanos, el portavoz del Departamento, Dean Fisher, señaló que "nada indica que este ejercicio esté relacionado con la actual situación en Polonia".
El Pentágono anunció el viernes la presencia en el Báltico del portaviones Kiev y del buque de desembarco Iván Rogov.
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