Un astracán disparatado
La evolución cinematográfica de Pedro Masó (guionista desde 1953, productor desde 1957, director desde 1971) marca también la evolución de un cierto cine español. Amante de la comedia, Masó ha sabido conectar con el gusto de su público y ser sensible a las varlantes de la censura. Las primeras comedias rosa (Las chicas de la Cruz Roja, El día de los enamorados) dieron paso a películas de matrinionios con presuntas defensas de la mujer y ataques al marido adúltero (Las viudas, Por qué pecamos a los cuarenta, Cómo sois las mujeres), para llegar finalmente a temas de mayor fuerza sexual (Las adolescentes, La menor). Vistas hoy todas sus películas, pueden dar una imagen sociológica de la España de estos últimos anos.En la época en que Masó era sólo guionista y productor de sus propias películas, adaptó unas fórmulas narrativas que dirigia con seguridad profesional el desaparecido Pedro Lazaga; películas de episodios más o menos camuflados que permitían una variedad de temas en cada película y una posibilidad de rodar pronto y barato. Es precisamente en esta etapa cuando Masó descuida la presentación de sus productos.
127 millones libres de impuestos
Dirección: Pedro Masó Guión: Rafael Azcona y Pedro Masó. Fotografía: Alejandro Ulloa. Intérpretes: José Luis López Vázquez, Amparo Soler Leal, Amparo Baró, Fernando Fernán-Gómez, Agustín González, Amelia de la lorre, Mimi Muñoz. Guillermo Marín. Española. Comedia. Local de estreno: Capitol.
Lo que ahora, ante su última película, 127 millones libres de impuestos, acaba siendo su propia trampa. Porque en esta ocasión, Pedro Masó se ha separado un poco de la película oportuna para fabricar una comedia disparatada que, aunque sí tiene que ver con parte de la realidad española de nuestro momento (los autosecuestros de algunos empresarios que intentan así evadir pagos), tiene como principal valor el propio juego dramático. Con un guión que también firma Rafael Azcona se ha intentado en esta ocasión tomar situaciones de otras , iejas comedias, adaptándolas al istracán. Las situaciones no tienen mucho rigor (como la visita de los curas), pere podían dar pie a una película divertida. Masó, sin embargo, ha precipitado de tal forma la puesta en escena, ha simplificado tanto la interpretación de los actores, que su trabajo se hace reiterativo.
Desde un punto de vista industrial, Pedro Masó es un hombre defendible: mantiene vivo el mecanismo de la producción. Sus ambiciones artísticas, sin embargo, quedan reducidas a una simple ambición. sin más, urgente y crispada. Es posible, no obstante, que 127 inillones libres de impuestos sea su mejor título como director.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.