Las Brigadas Rojas asesinan al hermano de un terrorista arrepentido

Roberto Pecci, de veinticinco años de edad, electricista, hermano de Patrizio, el gran arrepentido de las Brigadas Rojas, fue ejecutado en la madrugada de ayer en las afueras de Roma, después de 53 días de secuestro e interrogatorios por parte de las Brigadas Rojas, que habían anunciado su condena a muerte el 31 de julio.Los diez impactos de bala en el pecho de Roberto, hijo de un obrero Y que deja a su esposa embarazada de cinco meses, han creado una profunda indignación en todo el país, que acababa de celebrar el domingo, con gran participación popular, el primer aniversario de la matanza de la estación de Bolonia, donde un atentado fascista provocó 85 muertos y 200 heridos, el 2 de agosto del año pasado.

Fueron las mismas Brigadas Rojas las que indicaron a la agencia Ansa y a los diarios Il Messaggero y Paese Sera dónde se encontraba el cadáver de Roberto Pecci, en las afueras de la capital, concretamente junto a la calle Appia Nueva.

Estaba tumbado boca abajo, sobre un trapo rojo, con la clásica estrella de cinco puntas de las Brigadas Rojas. Vestía pantalones vaqueros cortos y una camisa blanca. La cabeza, encapuchada, y los ojos, vendados. Fue asesinado en una casa medio derruída usada por dos famosas prostitutas viejas de Roma, conocidas por la Barrigona y la Seca. Es una especie de basurero.

Sobre una de las paredes los brigadistas habían dejado un folio con esta frase: "Muerte a los traidores".

Si las Brigadas Rojas habían liberado al dirigente democristiano Ciro Cirillo, de Nápoles, considerado como uno de los hombres potentes de la política napolitana, se esperaba que, con mayor razón, dejaran en libertad al joven Roberto, que no tiene más culpa que la de ser hermano de Patrizio. Matarlo, se pensaba, sería demostrar el carácter nazi de las Brigadas Rojas. Con esta esperanza, desde los socialistas hasta la extrema ízquierda, pasando por los radicales, habían hecho todo lo posible para escuchar las peticiones formuladas por las Brigadas Rojas. Incluso se llegó a publicar una buena parte de los interrogatorios de Roberto, arrancados bajo la tortura. Sólo una cosa fue negada: que la RAI-TV, la televisión oficial, publicara una proyección con el interrogatorio de Pecci.