Ofensiva contra Pinto Balsemao en Portugal

Portugal parece encaminarse hacia una de sus ya tradicionales crisis políticas de verano con la ofensiva desencadenada por los barones del Partido Social Demócrata para obligar a Francisco Pinto Balsemáo a dimitir de sus funciones de primer ministro.Unicamente a los españoles puede parecer vagamente familiar esta situación de un jefe de Gobierno y de un partido mayoritario derrotado, no por la oposición socialista-comunista, ni siquiera por su aliado y rival de coalición, sino por la rebelión crónica y las luchas personales en. el seno de su propio partido.

Hasta el sábado, Balsemáo pareció decidido a encontrar, una vez más, una solución negociada a la crisis de los socialdemócratas, pero la conspiración abierta contra su Gobierno por parte de los dos jefes de fila de los contestarios del PSD con el presidente de los democristianos lo ha llevado a considerar agotados sus. intentos conciliadores y su tolerancia.

Balsemao se dice ahora decidido a restablecer el orden y la disciplina en su partido y en la coalición antes de proceder eventualmente a la recomposición de su Gabinete. A la amenaza de sanciones disciplinarias, el antiguo ministro de la Gobernación de Sa Carneiro, Eurico de Melo, ha respondido con una declaración de guerra abierta, pronunciándose públicamente, por primera vez, por la sustitución de Balsemáo en la dirección de¡ Gobierno.

Después de obtener un nuevo plazo de confianza del presidente Eanes, a quien comunicó la dimisión de su ministro de Asuntos Sociales y vicepresidente del PSD, Carlos Macedo, Balsemáo reunió ayer a los miembros socialdemócratas de su Gabinete, que siguen apoyándolo, y tuvo un encuentro con su ministro de Hacienda, el democristiano Morais Leitáo; pero el futuro inmediato dependerá de la decisión de la comisión política del PSD, reunida anoche, y en la que Balsemáo disponía de una confortable mayoría.

Son los propios amigos de Balsemáo, y aquellos que le han renovado en los últimos días la expresión de su confianza, los que tendrán que decidir si vale la pena seguir luchando contra la creciente crisis de desintegración del PSD enfrentando la contestación de los barones en el Consejo, Nacional, convocado para el sábado, o incluso en un congreso extraordinario, que podría reunirse no antes de octubre.