Asesinado en Amurrio (Alava) un vendedor de pisos
Félix Galíndez Llano, de 54 años, soltero, dedicado a la compraventa de pisos, fue asesinado ayer en el portal de la pensión de la localidad alavesa de Amurrio donde residía desde hace años.El atentado se produjo poco antes de las diez de la mañana, cuando dos desconocidos se presentaron en la puerta de la pensión Ochoa, haciendo sonar insistentemente el timbre del portal. El propio Félix Galíndez, en pijama, bajó a abrir. Nada más aparecer en el umbral, los desconocidos dispararon sobre él, al parecer sin mediar palabra. Vecinos de la zona aseguraron haber escuchado cuatro disparos, aunque sólo uno de ellos alcanzó a la víctima.
Los agresores emprendieron la huida a bordo de un automóvil Ford Fiesta, matrícula de Bilbao 9878-0, que según se sabría poco después había sido robado a punta de pistola a primera hora de la mañana en la vecina localidad de Arrigorriaga. El propietario del vehículo fue hallado a media mañana por un buscador de setas, atado a un árbol en un monte del municipio de Orozco.
En el lugar de los hechos, la Guardia Civil entontró un casquillo de bala marca SF calibre 9 milímetros Parabellum. Aunque esta munición es una de las habitualmente utilizadas por ETA, en Amurrio se consideraba ayer poco probable que el atentado pudiera tener motivaciones políticas. Antiguo empleado de la empresa Vinos Alava, Félix Galíndez, que comía cada día en el bar Torrejón y pernoctaba en la pensión Ochoa, era considerado por sus vecinos «un solterón solitario y un tanto huraño», pero «no metido en política».
La propietaria de la pensión Ochoa explicó a Efe que tiene la costumbre de abrir siempre la puerta, pero que en esta ocasión estaba atareada en la cocina, por lo que fue Félix Galíndez quien lo hizo. «Estoy sobrecogida», añadió, «porque no entiendo quién ha podido matar a Félix. Es incomprensible, porque nunca se había metido en ningún problema».
El otro inquilino de la pensión, que se encontraba en aquellos momentos en el salón, manifestó que escuchó los disparos y que al asomarse a la puerta comprobó que su compañero estaba mortalmente herido. «A continuación», añadió, «me asomé a la ventana y vi a dos jóvenes que se montaron en un coche Ford Fiesta en el que huyeron. Estoy asombrado, porque yo mismo podía haber abierto la puerta, de igual forma que lo hizo Félix».
Tras cometer el atentado, los dos jóvenes huyeron a gran velocidad en el vehículo sustraído en Arrigorriaga. Horas después, a las 14.30, fuerzas de la Guardia Civil hallaron el coche en Aztigorriaga.
Una de las primeras personas que acudió al lugar de los hechos fue un hermano de la víctima, misionero en Filipinas, que había llegado el viernes para pasar unas vacaciones con sus familiares.
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