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En Beirut se siguen rescatando cadáveres sepultados bajo los escombros

Fajani, barrio de Beirut, no acaba de enterrar a sus muertos. Todo el fin de semana, excavadoras y bulldozers trabajaron sin parar para sacar de los escombros los cadáveres sepultados de las víctimas del bombardeo israelí del pasado viernes, en el que sólo en Beirut murieron alrededor de 150 personas y otras quinientas resultaron heridas.Socorristas de la Cruz Roja, soldados del Ejército libanés y milicianos palestinos trabajaron ininterrumpidamente excepto cuando, en tres ocasiones, la aviación hebrea volvió a sobrevolar el populoso barrio, al sureste de la ciudad, donde numerosos palestinos inmigrados conviven con la población libanesa y donde las organizaciones palestinas mantienen varias oficinas.

A falta de refugios, cuando aparecen los aparatos israelíes los civiles buscan precipitadamente resguardo en los portales de las casas aún en pie, mientras la artillería antiaérea abre fuego rabiosamente sobre los aparatos enemigos y se dispara algún que otro misil portatil Sam 7.

Pero esta vez la aviación israelí no descargó sus bombas. "Sólo fue un gran susto", comenta aliviado un miliciano palestino. "Hasta el viernes", añade un transeúnte, "ni nos molestábamos en levantar la cabeza cuando les oíamos venir, pero desde el bombardeo ni siquiera perdemos el tiempo en mirarles antes de echarnos a correr".

"¿Dónde están nuestros hermanos árabes?"

El peligro, por ahora, no viene del cielo, sino de todas las paredes o incluso fachadas que, tocadas por el bombardeo, amenazan con desplomarse en cuab quier momento. Al riesgo de derrumbamiento se añade el de epidemia, provocado por las pésimas condiciones de higiene del barrio. Para evitarlo, y para combatir el olor que emana de los cadáveres putrefactos que yacen bajo los escombros, los equipos de socorro pulverizan en la atmósfera productos desinfectantes. Hasta ayer, tres días después del bombardeo, se siguieron rescatando cadáveres.

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En cuanto a los heridos, internados en los cuatro principales hospitales de Beirut, muchos son niños. El Creciente Rojo palestino, equivalente a la Cruz Roja, acaba de hacer un llamamiento solicitando el envío "de personal pediátrico y material de cirujía infantil".

Aún bajo el efecto de la emoción, una mujer mayor que ha perdido a parientes próximos deambula por la zona bombardeada preguntándose en voz alta: "¿Dónde están nuestros hermanos árabes, sus armas y su petróleo?; ¿qué han hecho, qué van a hacer por nosotros?".

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