Una gran retrospectiva de la obra de Pablo Picasso anima el verano cultural de Londres

Los Picasso de Picasso, la gran exposición retrospectiva que se inaugura mañana en la Hayward Gallery, de Londres, animará de manera importante este verano el ambiente cultural de la capital británica, convertida en un centro de turismo de primera magnitud este mes como consecuencia de la expectación despertada por la inmediata boda del príncipe Carlos con ladi Diana Spencer. La mencionada exposición es prácticamente idéntica a la que se celebró recientemente en el Grand Palais, de París, y está compuesta por las obras recibidas por el Estado francés en concepto de pago de los derechos reales de los herederos del pintor. El contenido de esta muestra llenará el Museo Picasso, que abrirá sus puertas en el hotel Sale, de París, en 1983.

Para Picasso, un cuadro era «una suma de destrucciones», pero lo que ha intentado lograr la Hayward Gallery, de Londres, es una obra de reconstrucción que, más que una exposición retrospectiva, parece un vernissage.La muestra Los Picasso de Picasso se inaugura mañana en la capital británica, coincidiendo con el centenario del gran pintor español. Es la mayor exposición de Picasso que se celebra en esta ciudad desde la retrospectiva de la Tate Gallery, en 1960 y 1967: 130 óleos y collages, 55 esculturas, 179 dibujos y noventa grabados provenientes de la colección particular de Pablo Picasso.

Las obras que aquí se presentan ya fueron expuestas el año pasado en el Grand Palais, de París, pero es la primera ocasión que tiene el público londinense para apreciarlas. Formarán parte del Museo Picasso, que abrirá sus puertas en el hotel Sale, de París, en 1983.

La selección -pues esta es una exposición más pequeña que la del Grand Palais- ha sido llevada a cabo por sir Roland Penrose, amigo y biógrafo de Picasso; John Golding, pintor e historiador del arte, y Dominique Bozo, conservador del Museo Picasso.

La exposición cubre toda la carrera artística de Pablo Picasso, y en ella se puede ver una importante característica de su obra: la abundancia, tanto en la cantidad de obras como en los procesos de creación. Por ejemplo, con su Nature morte a chaise cannee, de mayo de 1912, Picasso pareció inventar el collage. Gracias a él, escribe Timothy Hilton en la introducción del catálogo de la exposición, aplicando sus métodos, Picasso consiguió crear nuevas formas de volumen en la escultura.

El constante cambio es patente, en una eterna búsqueda de nuevas formas artísticas. Sin embargo, debajo de ese devenir de la obra de Picasso discurre una serie de temas, como el de la religión y el mito, con grandes influencias precristianas, o el del cuerpo humano y el sexo, con esos geniales desnudos, o el resumen que supone El artista y su modelo. Aquí interviene su propia persona, el artista como modelo, en los autorretratos de un hombre que le gustaba posar para fotógrafos. Ese autorretrato en azules y negros de 1901, cuando tenía veinte años de edad durante su primera estancia en la capital francesa, resulta inquietante y perturbador. Muestra a un Picasso melancólico que pasaba hambre y frío. El autorretrato surgirá una y otra vez, incluso en obras que parecen más despersonalizadas, pues, como señala Hilton, el Minotauro era él.

Esplendor y genio

De este autorretrato de 1901, con influencias novecentistas pronto superadas, hasta un cuadro como La familia, de 1970, donde Picasso, con casi noventa años de edad, parecía artísticamente más joven y vigoroso que nunca, todo el esplendor y la genialidad del pintor están ante el espectador. Y aquí cobran un mayor valor sus dibujos, pues en ellos se ve la obra en creación como en esos esbozos de Les demoiselles d´Avignon que vienen a suplir -o a completar- la falta de grandes obras maestras en esta exposición.Los dibujos nos proporcionan el acceso a sus obras acabadas. Penrose le oyó una vez decir a Picasso que «como todos los pintores españoles, soy un realista», entendiendo por realidad lo que subyace bajo la superficie de las apariencias, proceso de descubrimiento en el cual, de nuevo, el dibujo desempeña un papel fundamental. Además, para Penrose, el dibujo en Picasso es un diálogo entre su pintura y su escultura.

Cuando Picasso murió, en 1973, dejó una enorme cantidad de sus obras en sus paredes y almacenes. La ley francesa de 1968, que permite pagar en obras de arte impuestos sobre una herencia, ha eriquecido el patrimonio artístico francés con unos cuadros, dibujos y esculturas que se desconocían y que ahora vuelven a resucitar en Londres, gracias a la iniciativa del Consejo Británico de las Artes, en una exposición que marca un hito en el panorama artístico británico. Con ella, el verano de Londres ha subido de temperatura.