Ballesteros viajó a Israel para recabar información de sus servicios secretos

Manuel Ballesteros, que no se alojó en ningún hotel durante su estancia, llegó a Tel Aviv a las 17.40, hora de Madrid, el sábado día 4, en vuelo de la compañía aérea Swissair 332, procedente de Zurich, y regresó ayer a Madrid, después de efectuar nuevamente escala en Suiza,Interrogado sobre si la visita de Ballesteros al Estado hebreo no contradecía la política exterior de España al no existir relaciones diplomáticas entre Madrid y Tel Aviv, un portavoz de la Oficina de Información Diplomática (OID) declaró que «las relaciones entre policías siguen sus propios cauces autónomos, que no guardan relación alguna con los de los Estados o Gobiernos».

El viaje de Ballesteros no constituye el primer contacto hispano-israelí en materia de cooperación antiterrorista. A finales de la primavera de 1980 el Gobierno autónomo vasco solicitó a las autoridades hebreas asesoramiento en materia de organización y entrenamiento de la futura policía autónoma vasca, según informaron fuentes oficiales en Jerusalén.

Las mismas fuentes señalaron que Israel rechazó la petición vasca, por considerar que sólo podía colaborar con Gobiernos centrales, y no con comunidades autónomas, cuyas competencias estaban aún mal definidas en los vigentes textos legales.

Varios indicios concordantes apuntan, sin embargo, a la instauración de una cooperación entre las autoridades vascas y hebreas. Uno de ellos es, por ejemplo, el creciente número de funcionarios israelíes que tramitan visados para viajar a España e incluso reconocen su intención de desplazarse a Euskadi una vez en la Península.

Concretamente, algunos funcionarios de la agencia israelí para la energía nuclear, de la que depende parcialmente la central atómica de Dimona, en el desierto de Neguev, viajaron en junio al País Vasco. Aunque ha resultado imposible obtener cualquier confirmación oficial, es harto probable que el dispositivo antisabotajes y antiatentados de la central nuclear de Lemóniz esté siendo organizado con el asesoramiento de expertos hebreos.

Los responsables vascos suelen restar importancia a esta cooperación, situándola incluso a un nivel inferior a la mantenida con las policías de otros países, como República Federal de Alemania y Reino Unido. Pero este interés de minimizar la colaboración obedece probablemente al deseo de no entorpecer la política exterior española, uno de cuyos principales ejes es el no reconocimiento de Israel.

Existe una larga tradición de cooperación establecida durante la segunda guerra mundial, cuando judíos que huían del nazismo se refugiaron en Euskadi, entre nacionalistas vascos y movimientos sionistas. Posteriormente, el sistema de reconstitución y desarrollo del idioma hebrero ha sido estudiado con interés por lingüistas vascos.

Además de prestar ayuda a los vascos, Israel intentaría con su colaboración hacerse valer ante algunas autoridades españolas, demostrando la utilidad de su asesoramiento en materia antiterrorista para forzar su reconocimiento diplomático, opinan fuentes diplomáticas.