Los partidos religiosos, claves para el futuro gobierno israelí

Los partidos políticos religiosos aparecen como los auténticos vencedores en las elecciones legislativas del pasado martes en Israel, y su probable alianza con el Likud, sin la presencia de otros grupos más moderados, puede producir una mezcla bastante explosiva de nacionalismo y mesianismo en el próximo Gobierno israelí.El Partido Nacional Religioso (PNR, seis escaños), el Agudat Israel (cinco escaños), el Tami (dos escaños) y el Poalei Agudat Israel (un escaño) forman un bloque de catorce puestos en la Kneset o Parlamento sin el cual es imposible constituir una mayoría parlamentaria.

Si se confirma la alianza entre el Likud y estos grupos político-religiosos, es de esperar una radicalización hacia la derecha de la política del Estado judío, tanto en el interior como en el ámbito internacional.

Gobierno de unidad nacional

El ministro del Interior y líder del PNR, Yosef Burg, propuso ayer un "Gobierno de unidad nacional" de dieciocho meses formado por el ex primer ministro Menájem Beguin, y por el dirigente laborista Shimon Peres. La cúpula del PNR está dividida, tras la seria derrota sufrida en los comicios del pasado día 30, sobre la conveniencia o no de formar coalición gubernamental con Beguin.Hace apenas 48 horas, Beguin daba por seguro que la próxima semana tendría formado su segundo Gobierno, pero ayer, cuando estaba a punto de iniciarse la pausa del shabat hebreo, nadie se atrevía a hacer un pronóstico firme.

Al cerrarse el escrutinio de votos del sector civil, Beguin y Peres quedaron empatados, con 48 escaños cada uno de los 120 que tiene la Kneset, aunque el líder laborista contaba con algunos centenares de votos de ventaja. El voto del ejército, no escrutado aún, podría dar a uno u otro candidato el escaño número 49.

Yosef Burg propuso ayer a Beguin y Peres la formación, por un ano o dieciocho meses, de un "Gobierno de unidad nacional", basado en un programa mínimo de entendimiento para asuntos de seguridad, interior y economía.