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El Polisario pide aclaraciones a Libia sobre la reanudación de relaciones con Marruecos

Las coordenadas del conflicto del Sahara occidental continúan transitando por la capital libia. Una delegación del Frente Polisario, dirigida por su secretario general, Mohamed Abdelaziz, ha iniciado, en Trípoli, esta semana una serie de conversaciones destinadas a clarificar posiciones entre las dos partes ante la posible reanudación de relaciones entre Marruecos y Libia.

El coronel Gadafi, cuyas últimas iniciativas no suscitan una gran confianza en los medios argelinos, ha vuelto a reafirmar que la causa palestina constituye la prioridad número uno de su régimen y el objeto de sus preocupaciones. Lejos parece quedar el tiempo en que el dirigente palestino Yasir Arafat trataba a Gadafi de loco peligroso, después de que éste clausurara la representación de la OLP en Trípoli, en diciembre de 1979.Nada es irreversible en el mundo árabe, y, si hiciera falta demostrarlo, ahí está la existencia misma del presidente libio. Su reconciliación con Arafat -quien afirmaba que «no existían diferencias entre Sadat y el gobernador de Libia», y aseguraba haber facilitado a Gadafi catorce pruebas de la desaparición del imán Mussa Sadr en territorio libio- revela que el controvertido coronel basa la dinámica de su nueva política exterior en una reconciliación apresurada con las capitales que hasta hace poco acusaba de todos los males: Bagdad, Rabat y Riad.

La tensión existente en las fronteras sudanesa y egipcia justificaría, en gran parte, la intención del presidente libio. de no verse acosado por todas partes. Días atrás, el número dos libio, Abdesalam Jallud, efectuó una visita sorpresa a la capital soviética, centrada en el objetivo de un nuevo frente árabe que Gadafi pretende crear, para materializar las decisiones que el Frente Arabe de la Firmeza no ha podido realizar todavía.

La decisión adoptada por el Ejecutivo norteamericano, en el sentido de ofrecer una colaboración militar a aquellos países del continente africano «que se sientan amenazados por Libia» ha llevado a Gadafi a requerir una mayor asistencia política de la URSS, ante el peligro de una confrontación directa con Egipto. No obstante depender sobre todo del material soviético, los militares libios temen que las presiones que el presidente Reagan ha prometido ejercer sobre aquellos países de la OTAN que siguen vendiendo efectos militares a Trípoli se materialicen en una congelación de las ventas de piezas de repuesto. En contrapartida, el ministro soviético de Defensa, mariscal Dimitri Ustinov, habría prometido a Abdesalam Jallud sostener militarmente a Libia si ésta se viera amenazada por su potente vecino.

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