Tres muertos y un herido grave por una explosión de gas en una fábrica de Barcelona

A las 18.15 horas de ayer se produjo una explosión en la planta de producción de gas manufacturado de la compañía Catalana de Gas y Electricidad, SA, sita en el barrio de La Barceloneta. Como consecuencia de la misma murieron tres personas y otra resultó con heridas graves. Anoche fueron rescatados por los bomberos los cadáveres de José González y Miguel González, que se encontraban realizando trabajos de mantenimiento en la planta siniestrada, y Eloísa Gracia Santas, una anciana de 79 años, que estaba internada en el Hospital del Mar.

La factoría se encuentra en el paseo Marítimo, frente al mar. Produce gas ciudad a partir de gas natural. Está interconectada con otra planta de idénticas características y de la misma empresa privada, situada en el barrio de Sant Martí de Provençals. Entre ambas facilitan gas ciudad a unos 250.000 usuarios situados en el centro de Barcelona. Esta interconexión hizo que, pese a la explosión y a la total inutilización de la planta, dichos usuarios continuaban anoche abastecidos. Los restantes 375.000 usuarios barceloneses reciben directamente en sus hogares gas natural, facilitado por la misma compañía privada, que posee en régimen de concesión el monopolio de la distribución y venta en el municipio.La explosión afectó parcialmente a algunas alas del Hospital del Mar, colindante con la planta de gas, así como a una escuela de enfermeras y unos consultorios externos del mismo hospital. Todas estas instalaciones sanitarias son propiedad del Ayuntamiento de Barcelona y datan del año 1909. En el momento de la explosión se encontraba el hospital absolutamente ocupado, con unos 420 enfermos. De ellos unos 150 fueron evacuados a un edificio del mismo hospital más distante del lugar de la explosión o bien al Hospital Clínico (veintinueve enfermos), a la residencia del Valle de Hebrón (unos veinticinco) y a otros centros.

El herido en la explosión fue internado en la unidad de cuidados intensivos (UVI) de la residencia de la Seguridad Social del Valle de Hebrón. Se trata de Juan Escriche Pascual, de 48 años, de profesión electricista, y que, según manifestó a este diario un médico de la citada unidad, no pertenece a la plantilla de la compañía suministradora. pero se hallaba en el interior de la planta efectuando algunos trabajos profesionales por encargo de la empresa concesionaria.

En la planta se encuentra un enorme gasómetro que, de haber explotado, hubiera originado una auténtica catástrofe de indescriptible importancia. La explosión, por fortuna, afectó únicamente a la sala de compresores de gas, donde éste es sometido a la presión necesaria para que llegue a todos los usuarios, y también a otras instalaciones menores. La factoría se alza en aquel lugar desde el pasado siglo, cuando la zona era mucho menos habitada. Su permanencia y su proximidad con el hospital -son colindantes- eran ayer vivamente criticados por fuentes municipales solventes, entre las que destacaba el concejal responsable de Sanidad del Ayuntamiento de Barcelona, doctor Felip Solé Sabarís.

A última hora de anoche, fuentes médicas que atendían al herido indicaron que su estado era grave. Sufría quemaduras de segundo y tercer grado que afectaban el 35% de la superficie de su cuerpo. No obstante la gravedad, las fuentes informantes indicaron que era «viable» su salvación, pero que era preciso dejar transcurrir algunos días para efectuar una mejor apreciación. Al decidirse la evacuación de 150 enfermos se produjo una sensación -falsa- de que la catástrofe había sido mucho mayor.

La evacuación fue acordada en base a dos hechos. En primer lugar por cuanto que la zona afectada era la que correspondía a los cuidados intensivos y semiintensivos, que requieren un perfecto estado en sus instalaciones, y en segundo lugar, a causa de que la explosión hubiese dañado la cocina del hospital, con lo cual no resultaba posible facilitar alimentos a los enfermos.